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Rajoy le para los pies a Arenas
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Rajoy le para los pies a Arenas

“Hay que hablarlo, pero no en los periódicos. No me va a influir. Nada de las informaciones publicadas es cierto”. Con estas palabras zanjó el pasado

“Hay que hablarlo, pero no en los periódicos. No me va a influir. Nada de las informaciones publicadas es cierto”. Con estas palabras zanjó el pasado lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el debate sobre la candidatura del PP andaluz en el seno del Comité Ejecutivo Nacional. Y la frase tenía un destinatario claro: Javier Arenas. Tanto él como su entorno llevan demasiado tiempo intentando controlar el proceso de decisión, con filtraciones interesadas a los medios de comunicación, apostando un día por uno, otro día por otro, sabiendo que cualquier nombre que aparezca como candidato seguro acabará quemando cualquier posibilidad de serlo…

Lo cierto es que la decisión depende única y exclusivamente de tres personas: el propio Rajoy, la secretaria general María Dolores de Cospedal, y el actual presidente del PP andaluz, Juan Antonio Zoido. Nadie más. Pero el drama del PP en Andalucía es que incluso para ellos tres resulta imposible tomar una decisión sin que esta se vea inmediatamente mediatizada por la red de influencias tejida durante años por Javier Arenas. Es evidente que el PP ha tardado demasiado en asumir que tiene un problema en Andalucía, y ese tiempo se lo ha regalado a la actual presidente de la Junta, Susana Díaz.

Ahora el PP corre el riesgo, serio, de encontrarse a las puertas de unas elecciones autonómicas anticipadas coincidentes con las europeas y de tener que enfrentarse a ellas con un candidato que no esté hecho. Y aunque la quiniela de posibles nombres es bastante parca, la realidad es que hoy por hoy ni Rajoy, ni Cospedal ni Zoido tienen tomada ninguna decisión. ¿Cuándo? En un principio, los tiempos de Rajoy indicaban que se esperaría a después de las Navidades. Sin embargo, desde hace un par de semanas ha arreciado la campaña de Javier Arenas y su entorno para emponzoñar el debate sucesorio en el PP andaluz, y eso puede hacer que al final Rajoy tome la decisión antes de que lleguen las fiestas de Navidad.

El problema del PP en Andalucía sigue siendo el mismo y hasta que no se solucione nunca conseguirá alcanzar la Junta. Y ese problema se llama Javier Arenas

Realmente, tanto a los efectos de un anticipo electoral como a los de un agotamiento de la legislatura da igual que el candidato se nombre antes o después de esa fecha, porque lo cierto es que el problema del PP en Andalucía sigue siendo el mismo y hasta que no se tomen decisiones para solucionarlo nunca conseguirá alcanzar el poder en la Junta. Y ese problema se llama Javier Arenas. Fíjense, fue el propio Arenas el que envió a Zoido a competir por la alcaldía de Sevilla creyendo que no iba a ganar, y Zoido ganó. Envió a Nieto a competir por la alcaldía de Córdoba seguro de que no lo conseguiría, y Nieto lo logró.  Y José Luis Sanz se alzó con la alcaldía de Tomares cuando tampoco nadie daba un duro por que eso pudiera suceder.

Luego, ¿cuál es el problema? El PP consigue en Andalucía cuotas de poder importantes, en capitales de provincia, en muchos ayuntamientos y en la mayoría de las diputaciones, pero se le escapa la Junta porque hasta ahora ese coto estaba vedado para Javier Arenas, y los andaluces, por las razones que sean, que ese será otro debate, no quieren a Javier Arenas de presidente. Y mientras Javier Arenas siga manejando los hilos del PP andaluz y no se acometan los cambios que el partido necesita, la opinión pública andaluza no verá en el PP un partido renovado y capaz de ser una alternativa real a casi cuatro décadas de poder socialista.

Es verdad, lo escribí no hace mucho, que si Aznar hubiera acabado –cuando pudo hacerlo– con el PER, las posibilidades del PP de llegar al Gobierno en Andalucía habrían sido mayores. Pero en las elecciones de 2011 tenía todo el viento a favor, y lo único que falló fue el candidato. Y volverá a pasar si el mensaje que se envía a los ciudadanos andaluces no es el de que se ha superado una etapa de la historia del PP andaluz y que se ha pasado página de la misma. De lo contrario, se seguirá tendiendo al PSOE una alfombra roja tejida con los hilos de la resignación.

“Hay que hablarlo, pero no en los periódicos. No me va a influir. Nada de las informaciones publicadas es cierto”. Con estas palabras zanjó el pasado lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el debate sobre la candidatura del PP andaluz en el seno del Comité Ejecutivo Nacional. Y la frase tenía un destinatario claro: Javier Arenas. Tanto él como su entorno llevan demasiado tiempo intentando controlar el proceso de decisión, con filtraciones interesadas a los medios de comunicación, apostando un día por uno, otro día por otro, sabiendo que cualquier nombre que aparezca como candidato seguro acabará quemando cualquier posibilidad de serlo…

Javier Arenas Mariano Rajoy Juan Ignacio Zoido María Dolores de Cospedal