Dos Palabras
Por
Pregunta: ¿Sabrá aprovechar el PP esta (última) oportunidad?
Si de la cita de este fin de semana sale un compromiso serio por la regeneración, por las reformas de calado y por una agenda social, entonces podremos decir que sale a la arena a pelear con Podemos
Si nos dejamos llevar por la experiencia acumulada de estos años, la respuesta sería dudosa, pero lo cierto es que el momento es quizás uno de los más complejos que desde el punto de vista político está viviendo este país, un momento de grandes cambios, algunos de los cuales ya se han producido durante estos años –el relevo al frente de la institución monárquica es, sin duda, uno de ellos, así como la presencia creciente de los partidos emergentes–, y otros que están por llegar.
Probablemente todavía no sabemos hasta dónde nos van a conducir esos cambios, entre otras cosas porque el alcance de los mismos va a tener mucho que ver con el resultado de las elecciones generales. Pero, sea cual sea, esos cambios van a venir. Y un aperitivopodemos tenerlo estos dos próximos días en la Conferencia Política del Partido Popular. O no, como diría Mariano Rajoy. Entre hoy y mañana vamos a saber hasta quépunto ha sido capaz el PP de entender el mensaje que han venido lanzando los ciudadanos en las urnas desde las elecciones europeas de hace un año.
Si nos dejamos llevar por los gestos de, por ejemplo, la recién elegida presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que está haciendo un encomiable ejercicio de borrón y cuenta nueva llevándose por delante incluso proyectos estrella de anteriores legislaturas ‘populares’ como la Ciudad de la Justicia, para invertir ese dinero en solucionar problemas más acuciantes de los ciudadanos, entonces podríamos convenir que sí.
Todavía no sabemos hasta dónde nos van a conducir los cambios porque el alcance de los mismos va a tener mucho que ver con el resultado de las generales
Una de las cosas que más se le ha criticado al PP durante esta intensa y muy complicada legislatura ha sido la falta de empatía con los problemas de la gente. Ha tenido que llegar la nueva alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y hacer dos gestos –que noson más que eso, gestos, pero de indudable alcance social–como abrir comedores para niños y habilitar habitaciones de hoteles para desahuciados, para que en el propio PP haya habido gente –empezando por Esperanza Aguirre–que haya dicho: “Coño, pues tampoco era tan difícil haber hecho algo de eso…”
Efectivamente, sólo hacía falta poner un poco de corazón en la política además de la cabeza. O sea, pensar menos como abogados del Estado y un poco más como servidores sociales. Y eso no contradice los esfuerzos enormes que ha hecho este Gobierno para sacar al país de la crisis, esfuerzos que están ahí y que son más que evidentes, como lo son sus resultados. Pero no son suficientes. Si el PP ha entendido el mensaje y sigue por ese camino emprendido también por Cristina Cifuentes, que se ha convertido en la abanderada de la ‘nueva política’ en el PP, estará acertando.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha elegido ser ella la que hoy, en la apertura de la Conferencia Política, enarbole la bandera de la regeneración. Habrá que seguir muy de cerca su discurso, porque en definitiva ella misma fue en su día un símbolo de esa regeneración rompiendo con todo aquelloque en el PP simbolizaba el pasado aznarista, y es hora de darle la oportunidad de demostrar que puede seguir siendo un valor en alza para el futuro, a pesar de que las elecciones la hayan dejado fuera de la presidencia de su comunidad por muy poco.
El nuevo PP que salga de la Conferencia Política, si es que sale, va a ser un partido en el que las mujeres tengan mucho que decir. Como punto de partida, el hecho de que el PP haya favorecido el debate abierto y sin cortapisases positivo. Pero¿será capaz de avanzar hacia las exigencias de los ciudadanos? ¿Será capaz de admitir la necesidad de llevar a cabo reformas más allá de las económicas?
Si de la cita de este fin de semana sale un compromiso serio por la apertura, la regeneración y la renovación, por las reformas de calado –Constitución, Senado, ley electoral, democratización de partidos, limitación de mandatos, etc.–y por una agenda social, entonces podremos decir que el PP sale a la arena política a disputarle el primer puesto a Podemos que ya, inevitablemente, se ha convertido en la referencia de la izquierda. Pero, si de nuevo vuelve a defraudar las expectativas, entonces habrá que empezar a pensar que ha dado las elecciones por perdidas.
Si nos dejamos llevar por la experiencia acumulada de estos años, la respuesta sería dudosa, pero lo cierto es que el momento es quizás uno de los más complejos que desde el punto de vista político está viviendo este país, un momento de grandes cambios, algunos de los cuales ya se han producido durante estos años –el relevo al frente de la institución monárquica es, sin duda, uno de ellos, así como la presencia creciente de los partidos emergentes–, y otros que están por llegar.