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Solo los 'hooligans' del PP apuestan por la Gran Coalición
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Federico Quevedo

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Solo los 'hooligans' del PP apuestan por la Gran Coalición

Los hay que son más 'marianistas' que el propio Mariano Rajoy, como se está viendo con la agitación de algunos a favor de un pacto entre los populares y los socialistas

Foto: Rajoy y Sánchez, en un encuentro en La Moncloa. (EFE)
Rajoy y Sánchez, en un encuentro en La Moncloa. (EFE)

Déjenme que se lo diga una vez, y con total contundencia: no habrá gran coalición. Suponiendo que el 26-J el veredicto de las urnas sea más o menos similar al del pasado diciembre, es decir, que el Partido Popular -como dicen las encuestas- gane las elecciones pero lejos de la mayoría absoluta, y que la suma con Ciudadanos no sea suficiente para lograrla, lo repito otra vez: no habrá gran coalición PP-PSOE. Es una quimera, una ficción que, sin embargo, alientan una y otra vez un grupo de periodistas que llevados por un 'marianismo' casi obsesivo repiten machaconamente en cada una de sus intervenciones que esa es la única alternativa para poder gobernar el país.

Es curioso, porque ni siquiera Mariano Rajoy se cree que vaya a haber una gran coalición, pero estos 'hooligans' que vienen insistiendo en ella de manera enfermiza desde el minuto siguiente a conocerse los resultados definitivos del 20-D, no son capaces de ver ni de entender la realidad más allá del simple argumentario. Pero, por mucho que se empeñen, no habrá gran coalición. Lo que más podrá parecerse a eso que se llama gran coalición y que es la que gobierna, por ejemplo, en Alemania, será que siendo el resultado más o menos similar al de diciembre, el PSOE se abstenga en la votación de investidura y el futuro gobierno salga adelante solo con los votos del PP y Ciudadanos.

Ni Rajoy cree en una gran coalición de la mano con el PSOE jaleada por algunos periodistas más 'marianistas' que el propio líder del PP

Lo veo difícil, pero no imposible, y tendrá mucho que ver con los liderazgos del momento. Esto, obviamente, no tiene ningún recorrido si la suma del PP y Ciudadanos arrojara mayoría absoluta -y Albert Rivera va a vender muy caro su apoyo en cualquier caso, pero eso será objeto de otro análisis-, aunque tengo serias dudas de que eso vaya a ocurrir. Y si no ocurre la solución volverá a estar en manos del Partido Socialista. Sin duda es muy pronto para adelantarnos a lo que pueda pasar, pero desde luego si los protagonistas de las negociaciones vuelven a ser los mismos, ya sabemos que cualquier tipo de apoyo entre los dos grandes partidos será absolutamente imposible. Tan solo un cambio de liderazgos podría dar paso a una abstención activa.

Existe una razón generacional que hace difícil los pactos entre socialistas y conservadores, y que tiene que ver con la reciente historia de España, como ya hemos analizado en este 'post' otras veces. Pero es un hecho también que los dos grandes partidos han sido capaces de llegar a grandes acuerdos cuando ha sido necesario, y ahí tenemos ejemplos importantes en la Transición, pero también más recientes como los dos pactos antiterroristas, la política exterior, etcétera. Ponerse de acuerdo en asuntos de Estado es difícil, pero no imposible. Pero de ahí a gobernar juntos…

El problema lo tiene, básicamente, el PSOE. Y lo tiene a su izquierda. En Alemania, que entre otras cosas tiene una tradición de acuerdos mucho mayor que la que tienen los países del sur de Europa, el SPD puede pactar con los liberal-conservadores porque ese pacto de gobierno no le resta votos por su izquierda. Aunque existen dos partidos a su izquierda en el Parlamento -La Izquierda y Los Verdes-, son minoritarios en comparación con las grandes formaciones: entre los dos suman 120 escaños de 630. De hecho, en las últimas elecciones parciales en algunos estados federales, el partido que está sufriendo más desgaste es precisamente el de Ángela Merkel por su derecha.

A diferencia de Alemania, donde el SPD tiene una larga tradición de pacto, en España el PSOE carece de ella y está presionado por la subida del populismo

La aparición de los populismos en el norte de Europa y en Francia afecta de modo directo a los partidos de centroderecha, y mucho menos a los de la izquierda. En el sur de Europa ocurre, sin embargo, lo contrario. Durante años el PSOE fue capaz de ser hegemónico en la izquierda sin que IU fuera capaz de situarse realmente como alternativa, y es que las nuevas generaciones ven a los viejos partidos comunistas como parte del sistema.

Esto, por el contrario, no ocurre con la aparición de los nuevos populismos de izquierdas, y el miedo del PSOE a un pacto de gobierno con el PP es lógico: el PASOK griego prácticamente ha desaparecido a manos de Syriza, precisamente como castigo a sus pactos de gobierno con la derecha. Una derecha a la que las jóvenes generaciones que votan al populismo identifican con lo peor de la crisis y con la corrupción.

Que quede claro que no lo comparto, sino que simplemente me limito a constatar un hecho. Y ese hecho es que hace imposible que el PSOE pueda sumar con el PP en un gobierno de coalición. No entenderlo es tener una visión muy sesgada de la realidad, pero ya se sabe que los 'hooligans' suelen ser bastante duros de mollera.

Déjenme que se lo diga una vez, y con total contundencia: no habrá gran coalición. Suponiendo que el 26-J el veredicto de las urnas sea más o menos similar al del pasado diciembre, es decir, que el Partido Popular -como dicen las encuestas- gane las elecciones pero lejos de la mayoría absoluta, y que la suma con Ciudadanos no sea suficiente para lograrla, lo repito otra vez: no habrá gran coalición PP-PSOE. Es una quimera, una ficción que, sin embargo, alientan una y otra vez un grupo de periodistas que llevados por un 'marianismo' casi obsesivo repiten machaconamente en cada una de sus intervenciones que esa es la única alternativa para poder gobernar el país.

Ciudadanos Mariano Rajoy