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Rajoy pone a la reina en el centro del tablero
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Rajoy pone a la reina en el centro del tablero

El Gobierno va a experimentar con el decreto de la estiba un camino que podría ser recorrido también para iniciar la tramitación de los Presupuestos del Estado

Foto: Ajedrez político. (Ilustración: Raúl Arias)
Ajedrez político. (Ilustración: Raúl Arias)

A finales del mes de marzo, probablemente en el último Consejo de Ministros, el Gobierno aprobará los Presupuestos Generales del Estado y los remitirá al Parlamento. Sin tener la seguridad de poderlos aprobar. Desconozco si existe esta jugada en el ajedrez, ni cómo se denomina, pero lo que va a hacer el presidente del Gobierno no es otra cosa que poner a la reina en el centro del tablero, y esperar pacientemente a que sean los demás los que se retraten. Si la paciencia es una virtud de los ajedrecistas, desde luego a Rajoy le sobra.

El movimiento es similar al que acaba de hacer el Ejecutivo con el decreto de la estiba: aprobarlo y dejar caer la bomba en el Parlamento. Teniendo en cuenta que si se rechaza su convalidación, a los españoles la broma nos costaría una media de 140.000 euros diarios a pagar de nuestro bolsillo, que sean otros los que expliquen a la ciudadanía por qué tiene que pagar esa multa pudiendo evitarlo. El Gobierno cuenta, además, con la nada descartable posibilidad de que tanto el PNV como la antigua Convergencia se acaben absteniendo, porque la huelga de estibadores pondría en peligro las economías locales ya que los dos puertos con mayor tráfico de toda España son, precisamente, los de Bilbao y Barcelona, y en ambos casos la proximidad con Francia hace que las empresas puedan encontrar puertos alternativos.

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, junto a un grupo de estibadores en Algeciras. (EFE)

Dicho de otro modo: el Gobierno va a experimentar con el decreto de la estiba un camino que podría ser recorrido también en la tramitación de los Presupuestos. ¿Imposible, sobre todo teniendo en cuenta la deriva soberanista? Para nada. El primer trámite que debe sortear el Gobierno es el de las enmiendas a la totalidad, y no es difícil porque en contra de lo que se está diciendo, al Ejecutivo solo le hace falta reunir 175 escaños que no voten a favor de las enmiendas a la totalidad que, sin embargo, sí necesitan reunir 176 votos favorables. Es decir, que al PP le bastaría con sumar a su voto en contra el de Ciudadanos y la abstención del PNV para rechazar las enmiendas a la totalidad, y que la Ley de Presupuestos inicie su tramitación parlamentaria.

Y ahí sí se complica algo más el asunto, porque lo que no se apruebe en comisión sí tiene que aprobarse en Pleno y esta vez requiere de mayoría simple –es decir, más ‘síes’ que ‘noes’– y solo en el caso de que eso no ocurriera la ley sería devuelta al Gobierno. Una fórmula para evitarlo es contar con el apoyo indirecto, vía abstención, de los nacionalistas, a cambio –obviamente– de compensaciones presupuestarias y, en este sentido, fuentes del Ejecutivo señalan que el Presupuesto está “abierto” a lo que se pueda reclamar desde Cataluña, siempre y cuando se respeten los límites del techo de gasto y de consolidación presupuestaria.

Al PP le bastaría con sumar a su voto en contra el de C's y la abstención del PNV para que la Ley de Presupuestos inicie su tramitación parlamentaria

Pero es aquí donde Rajoy confía también en contar con la complicidad del PSOE. Todo ese trámite va a tener lugar al mismo tiempo que se celebran las primarias socialistas. Si gana Susana Díaz, Rajoy espera que impere el sentido común porque si los Presupuestos son devueltos al Gobierno, este se verá obligado a aprobar una norma presupuestaria que también requiere de convalidación parlamentaria y en la que se incluirán las pagas a los funcionarios y las transferencias las comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por el PSOE… ¿Se va a oponer a eso el PSOE? En el fondo, esa norma presupuestaria es la misma Ley de Presupuestos pero, digamos, en formato reducido, de ahí que el Gobierno crea que, en definitiva, al PSOE no le beneficia oponerse a la Ley de Presupuestos.

Además, el Gobierno está dispuesto a pactar alguna medida que le permita al PSOE “sacar pecho y a nosotros vender giro social”, dicen mis fuentes. Obviamente, como todo, esto tiene un pero: que gane Pedro Sánchez. En ese caso, el Gobierno cuenta en principio con que la actitud del PSOE sería la de ‘no’ a todo, e inevitablemente eso llevaría a un nuevo escenario de elecciones. Mientras eso llega, la reina está en el centro del tablero esperando a que sean los demás los que se mojen y muevan ficha en una jugada que puede acabar en jaque mate… para ellos.

A finales del mes de marzo, probablemente en el último Consejo de Ministros, el Gobierno aprobará los Presupuestos Generales del Estado y los remitirá al Parlamento. Sin tener la seguridad de poderlos aprobar. Desconozco si existe esta jugada en el ajedrez, ni cómo se denomina, pero lo que va a hacer el presidente del Gobierno no es otra cosa que poner a la reina en el centro del tablero, y esperar pacientemente a que sean los demás los que se retraten. Si la paciencia es una virtud de los ajedrecistas, desde luego a Rajoy le sobra.

Mariano Rajoy Presupuestos Generales del Estado