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¿Quién quiere matar la comisión de investigación del PP?
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Federico Quevedo

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¿Quién quiere matar la comisión de investigación del PP?

Hemos vuelto a asistir a un espectáculo bochornoso, a una escenificación de lo más cutre que puede darse en un parlamento. Empezando por Cantó y siguiendo por Tardá

Foto: El portavoz del PP en la comisión, Luis Aznar, junto a la senadora Ángeles Muñoz Oriol y el senador Francisco Javier Fernández González. (EFE)
El portavoz del PP en la comisión, Luis Aznar, junto a la senadora Ángeles Muñoz Oriol y el senador Francisco Javier Fernández González. (EFE)

Si alguna empresa demoscópica hiciera una encuesta y preguntara a los ciudadanos para qué sirven las comisiones de investigación, seguramente la respuesta sería de las más unánimes que nunca se haya conseguido: para nada. Y no por el hecho de que en sí mismas no tengan sentido, que lo tienen, y mucho, sino porque últimamente nuestra clase política deja tanto que desear, es tan escandalosamente pobre desde casi todos los puntos de vista, que es imposible que se cumpla el principal objetivo de una comisión de estas características, que no es otro que el de la obtención de información y, en función de la misma, delimitar las posibles responsabilidades políticas.

Los portavoces deberían dar explicaciones sobre lo que hacen con el sueldo que les pagan los ciudadanos

A lo largo de todos estos años como periodista he acudido a unas cuantas comisiones de investigación, y en muchos casos se han obtenido resultados interesantes, o al menos se ha conocido información de interés. La última fue la de Gescartera, donde entablé una buena relación con los portavoces socialistas en aquella comisión, Juan Fernando López Aguilar y Carmen Chacón, y recuerdo que lejos de pretender convertir aquello en un 'show', ambos se estudiaban los temas e iban a las comparecencias con cuestionarios bien preparados. Y lo mismo puedo decir de otros portavoces.

Sin embargo, no es el caso de la Comisión de Investigación de las finanzas del PP. Empezando porque no tiene sentido someter a examen la vida entera de un partido político, y terminando porque la mayoría de los portavoces lo que están demostrando es que los primeros que deberían dar explicaciones sobre lo que hacen con el sueldo que les pagan los ciudadanos son ellos. Ya en la comparecencia de Bárcenas el inefable Gabriel Rufián demostró que solo está ahí para dar la nota, y el portavoz de Ciudadanos, Toni Cantó, pretendió dar la nota aún más alto.

Foto: El diputado de Ciudadanos Toni Cantó. (EFE)

Esta semana, hemos vuelto a asistir a un espectáculo bochornoso, a una escenificación de lo más cutre que puede darse en un parlamento. Sinceramente, la única que se había preparado la intervención, y que respondió a lo que se espera de un portavoz parlamentario en una circunstancia como esa, fue Carolina Bescansa, de Podemos. Los demás, empezando por Cantó y siguiendo por Tardá, lo único que consiguieron fue dar aún más vergüenza ajena. Si a eso se une que, como ocurrió la otra vez, a la presidencia de la comisión, que ostenta el canario Pedro Quevedo, se le va de las manos a la mínima, apaga y vámonos.

Así, es imposible que esa comisión sirva para nada. Y la pregunta es inevitable: ¿quién quiere matarla? Porque lo lógico sería que el interesado en matarla fuera el PP, pero parece que entre Ciudadanos y algún otro grupo de la oposición como ERC están empeñados en que, en efecto, no sirva.

Una pena que una comisión de investigación se desnaturalice por la falta de interés real de sus señorías por saber la verdad

De hecho, lo sorprendente sigue siendo la pataleta del PP, al que le ha salido el tiro por la culata –ya lo dije hace unas semanas– con la comisión del Senado, una forma de rabieta y de 'vendetta' que se le ha vuelto en contra y que está provocando que el PP haga el mayor de los ridículos saliendo a la palestra a acusar de financiación ilegal el 'crowdfunding'. No estará regulado, pero ilegal, ilegal… no es. Si los de Génova 13 fueran un poco inteligentes e hicieran caso a quienes les vienen diciendo desde hace tiempo que eso era una barbaridad y que lejos de servir de venganza solo va a servir a que se hable también en el Senado de la corrupción del PP, la cerrarían mañana mismo. Pero insistirán, para su desgracia.

Lo mejor que le puede pasar al PP es que Toni Cantó, Joan Tardá y Gabriel Rufián salgan todos los días a preguntar en la comisión del Congreso… Es más, deberían proponer que solo preguntaran ellos. Pero más allá de la ironía, lo cierto es que es una pena que una comisión de investigación se desnaturalice por la falta de interés real de sus señorías por saber la verdad. ¿Por qué? Probablemente porque ellos ya se han fabricado "su" verdad y no quieren que nadie se la contradiga. Pero así, el resto de los españoles no nos vamos a enterar nunca de lo que pasó en realidad. Menos mal que para eso ya están los jueces, porque sus señorías solo saben hacer el payaso.

Si alguna empresa demoscópica hiciera una encuesta y preguntara a los ciudadanos para qué sirven las comisiones de investigación, seguramente la respuesta sería de las más unánimes que nunca se haya conseguido: para nada. Y no por el hecho de que en sí mismas no tengan sentido, que lo tienen, y mucho, sino porque últimamente nuestra clase política deja tanto que desear, es tan escandalosamente pobre desde casi todos los puntos de vista, que es imposible que se cumpla el principal objetivo de una comisión de estas características, que no es otro que el de la obtención de información y, en función de la misma, delimitar las posibles responsabilidades políticas.

Luis Bárcenas Ciudadanos Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Gabriel Rufián Carme Chacón