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Montoro le hace el trabajo sucio al PP para neutralizar a Carmena
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Federico Quevedo

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Montoro le hace el trabajo sucio al PP para neutralizar a Carmena

Quien hace la ley también puede ser más o menos estricto a la hora de aplicarla y en este caso no se ha actuado con mucha diplomacia

Foto: El portavoz del PP, Rafael Hernando, conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)
El portavoz del PP, Rafael Hernando, conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

¿Tiene sentido que el Ministerio de Hacienda ‘intervenga’ a un ayuntamiento que tiene un superávit presupuestario de mil millones de euros y que ha reducido un 40% la deuda heredada de la anterior administración? Eso es, exactamente, lo que ha hecho el departamento que conduce Cristóbal Montoro con el Ayuntamiento de Madrid. Si nos atenemos a la letra de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y a eso que se llama la regla del gasto –no voy a extenderme porque esto lo explicaba muy bien el pasado jueves Carlos Sánchez-, la intervención está justificada.

De hecho, el propio Ayuntamiento ha reaccionado nombrando un equipo que se va a dedicar a meter en vereda las cuentas del concejal de Hacienda, Sánchez Mato, el mismo que dijo que Montoro le había aplicado a Madrid el 155. Una exageración que, me consta, no comparte el equipo de Manuela Carmena. La alcaldesa se ha mostrado dispuesta a colaborar y a reconducir la situación, lo que no hace sino abundar en la idea de que detrás de esta medida se esconde algo más. Porque no tiene mucho sentido que haya ayuntamientos –algunos incluso del PP- que tampoco cumplan las reglas de la Ley de Estabilidad y, sin embargo, Hacienda no haya sido igual de estricta.

Foto: Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. (EFE)

El Estado incumple sus leyes presupuestarias

Es más, el propio Estado incumple las reglas que se ha puesto a sí mismo por lo que parece bastante comprensible que en una situación como esta se hubiese buscado otra salida. Luego a lo mejor hay que buscar una explicación más allá de la estricta aplicación de la ley, y puede que tenga más que ver con el hecho de que Manuela Carmena haya decidido, finalmente, inclinar la balanza del lado de volverse a presentar, cuando hace meses parecía que eso era imposible. Si, además, la alcaldesa consigue hacer una lista de Ahora Madrid que no tenga nada que ver con la presente –con muchas disensiones dentro de la coalición y conocidos enfrentamientos entre los más radicales y el entorno próximo a Carmena y Rita Maestre-, y esté formada por candidatos más del agrado de la regidora, puede que las opciones de volver a ganar la Alcaldía estén más cerca.

Y es que, aunque todavía no hay sondeos preelectorales sobre el Ayuntamiento de Madrid –es muy pronto-, lo que si parece bastante evidente es que la alcaldesa ha conseguido un importante nivel de aceptación e, incluso, satisfacción popular. Es decir, tiene una alta valoración, y los ciudadanos de Madrid aprecian su capacidad de diálogo, su cercanía y su tendencia a rectificar cuando considera que se ha equivocado –y lo ha hecho en cuestiones a las que los ciudadanos eran bastante sensibles-, algo que no es muy habitual en la clase política.

placeholder La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, conversa con la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre. (EFE)
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, conversa con la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre. (EFE)

¿Puede Carmena volver a ser alcaldesa mejorando, incluso, los resultados de Ahora Madrid de las pasadas elecciones? Pues ese es el miedo que tiene el PP que necesita recuperar, por su significación política, la Alcaldía de Madrid y, a día de hoy, eso parece difícil.

Independientemente de quien sea el candidato, una incógnita que el PP todavía no ha despejado aunque se sospecha que puede ser Pablo Casado, enfrentarse a Manuela Carmena no es lo que en Génova 13 consideraban como el mejor escenario posible. Más bien todo lo contrario, luego, cabe preguntarse si ha actuado Montoro con un interés electoralista. Ateniéndonos a la letra de la ley, como decía antes, no. Pero como ocurre con otras muchas cosas, quien hace la ley también puede ser más o menos estricto a la hora de aplicarla, y en este caso no se ha actuado con mucha diplomacia, precisamente. Y eso hace pensar que, efectivamente, se le haya podido hacer el trabajo sucio al PP.

¿Tiene sentido que el Ministerio de Hacienda ‘intervenga’ a un ayuntamiento que tiene un superávit presupuestario de mil millones de euros y que ha reducido un 40% la deuda heredada de la anterior administración? Eso es, exactamente, lo que ha hecho el departamento que conduce Cristóbal Montoro con el Ayuntamiento de Madrid. Si nos atenemos a la letra de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y a eso que se llama la regla del gasto –no voy a extenderme porque esto lo explicaba muy bien el pasado jueves Carlos Sánchez-, la intervención está justificada.

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