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¿Quién dijo populismo? Rajoy se parece cada vez más a Nicolás Maduro
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Federico Quevedo

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¿Quién dijo populismo? Rajoy se parece cada vez más a Nicolás Maduro

La idea de gobernar a golpe de decreto, no es la mejor opción posible. Al contrario, se acerca más al modelo de las repúblicas presidencialistas que tanto critica el PP cuando quiere dañar a Podemos

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

En mi post del pasado día 4 de febrero ya adelantaba lo que luego ha venido a confirmar el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: que el Gobierno está dispuesto a prorrogar los presupuestos de 2017 durante este año y el que viene y, de ese modo, alargar la legislatura prácticamente hasta su final. De hecho, se especula con que Mariano Rajoy pudiera adelantar las elecciones a finales de 2019 pero, francamente, escudriñar en la mente del presidente del Gobierno es una tarea imposible y, por lo tanto, cualquier especulación sobre el asunto no deja de ser eso, una especulación.

Pero lo cierto es que unos días antes de publicar eso un ministro del Gobierno me confirmaba que la alternativa de prorrogar las cuentas del Estado durante dos años estaba ya incluida en la hoja de ruta de Rajoy como el escenario más probable teniendo en cuenta las dificultades para lograr apoyos de cara a los presupuestos de 2018 y, ya no digamos, los de 2019. Luego la idea de que Rajoy va a estirar la legislatura todo lo que pueda se aproxima bastante a la realidad. Es libre de hacerlo, más allá de que prorrogar presupuestos durante dos años no sea políticamente estético… Pero es legítimo.

Lo lógico es que si el Gobierno tuviera un mínimo de sentido de Estado, el no poder aprobar los PGE le debería llevar a convocar elecciones

Sin embargo, lo lógico es que si el Gobierno tuviera un mínimo de sentido de Estado, el no poder aprobar los presupuestos le debería llevar a convocar elecciones, básicamente porque esa prórroga tiene consecuencias inevitables en términos de mejora de los servicios públicos que el Estado presta a los ciudadanos. Y la idea de gobernar a golpe de decreto, tampoco es la mejor opción posible. Al contrario, se acerca más al modelo de las repúblicas presidencialistas que tanto critica el PP cuando quiere hacer daño a Podemos, pero al final en lo que queda de legislatura Mariano Rajoy va a gobernar como si fuera Nicolás Maduro… ¿Quién dijo populismo?

La respuesta del PP a esta situación es la de que “no nos dejan gobernar, y tenemos que hacer lo que buenamente podemos”. Pero eso no es una respuesta todo lo democrática que se le puede exigir a un partido que presume de tener sentido de Estado. Si no se puede gobernar porque no se consigue tener los apoyos suficientes para hacerlo, lo suyo es dar un paso a un lado, convocar elecciones, y dejar que sean los ciudadanos los que resuelvan el problema. Pero en estos momento el PP está instalado en la comodidad de seguir gobernando aunque sea a costa de no hacer nada, y no quiere perder bajo ningún concepto la empatía que siente con el poder.

Lo cierto es que el PP es un partido aferrado con uñas y dientes al poder y dispuesto a dejar pasar el tiempo, aún a costa del sacrificio de los ciudadanos

Y a eso, ¿cómo lo llamamos? Porque a mi se me ocurren muchas maneras aunque seguro que enumerarlas me cuesta algún disgusto… Pero lo cierto es que el PP hoy es un partido aferrado con uñas y dientes al poder y dispuesto a dejar pasar el tiempo, aún a costa del sacrificio de los ciudadanos, con el único fin de que a lo mejor cambian las circunstancias y se da la vuelta a las encuestas. Tiene la suerte de que frente a él es imposible aglutinar una alternativa, pero eso no significa que no sea necesario en estos momentos convocar unas elecciones de las que pueda salir un ejecutivo más estable y con mayor capacidad de alcanzar acuerdos duraderos de gobierno.

Incluso, por qué no, con el PP como partido articulador de esos acuerdos si eso es lo que quieren los ciudadanos, pero es evidente que eso ahora no es posible, y echarle la culpa a los demás no parece que sea la mejor de las respuestas. Insisto, eso se asemeja más a lo que hacen otros dirigentes con menos talante democrático y a los que tanto critica el mismo gobierno que los imita: Mariano Rajoy no gobierna pensando en los ciudadanos sino pensando, primero, en sus propios intereses y, después, en los de su partido con la mirada puesta en lo que dicen las encuestas. Esto es así, le duela a quien le duela.

En mi post del pasado día 4 de febrero ya adelantaba lo que luego ha venido a confirmar el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: que el Gobierno está dispuesto a prorrogar los presupuestos de 2017 durante este año y el que viene y, de ese modo, alargar la legislatura prácticamente hasta su final. De hecho, se especula con que Mariano Rajoy pudiera adelantar las elecciones a finales de 2019 pero, francamente, escudriñar en la mente del presidente del Gobierno es una tarea imposible y, por lo tanto, cualquier especulación sobre el asunto no deja de ser eso, una especulación.

Mariano Rajoy Cristóbal Montoro Presupuestos Generales del Estado