La Corporación Mondragón celebró su 50ª aniversario con el 'Carmina Burana' del Orfeón Donostiarra en el escenario y ‘El Confidencial’ en los corrillos

Fue el viernes, en el Palacio Euskalduna de Bilbao. La Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), muy de moda últimamente, celebraba con una fiesta por todo lo alto sus primeros cincuenta años de existencia. Todo un acontecimiento en el País Vasco al que acudió una importante representación del mundo institucional, político, empresarial, sindical y cultural de Euskadi, con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, a la cabeza.

Y como cincuenta años no son pocos, el grupo cooperativo decidió tirar la casa por la ventana y organizó un concierto de gala en el que la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra interpretaron el Carmina Burana, de Carl Orff. Claro que eso era lo que estaba sobre el escenario, porque en los corrillos la estrella era otra. ¿Cuál? Las informaciones periodistas que habían hecho aparecer precisamente una supuesta tarjeta de visita de MCC en el salpicadero de la furgoneta Renault Kangoo del 11-M.

Y corrillos hubo muchos, sobre todo porque la persistente lluvia que caía en aquellos momentos en la capital vizcaína hizo que más de un invitado llegara tarde al acto, teniendo que retrasar el inicio del mismo. Por allí andaba, como hemos dicho, el lehendakari, algo perdido y desplazado, como el que sabe que no cuentan con él para las cosas importantes, según la opinión de algunos. Otro aire mostraban el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, y su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, de los más solicitados a la hora de entablar conversación.

Tampoco faltaban consejeros del Ejecutivo de Vitoria -Joseba Azkárraga, Gonzalo Sáenz de Samaniego y Miren Azcarate-, dirigentes del PP vasco -Carmelo Barrio y Antonio Basagoiti-, y destacados representantes del mundo empresarial, como el presidente de Caja Laboral, Juan Mari Otaegi; el presidente de Vocento, José María Bergareche; el presidente del Círculo de Empresarios, José Guillermo Zubia, y un largo etcétera.

Y todos ellos hablaron largo y tendido, antes y después del concierto, de lo que más de uno calificó en tono jocoso la Mondragón conection. Unas conversaciones en las que El Confidencial ocupó un lugar destacado al haber sido uno de los dos medios de comunicación que desveló que la célebre tarjeta no era en realidad tal, sino una cinta de casete de la Orquesta de Javier Gurruchaga. ¿Se imaginan si hubiera sido el célebre grupo vasco, en lugar del Orfeón Donostiarra, el que se hubiera encargado de amenizar la velada?