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La prisión de Alhaurín de la Torre y su parecido con ‘Tómbola’: Rodríguez Menéndez, el último en llegar
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La prisión de Alhaurín de la Torre y su parecido con ‘Tómbola’: Rodríguez Menéndez, el último en llegar

Los funcionarios encargados del módulo de ingresos de la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre no dan abasto en los últimos días. Al trasiego habitual

Los funcionarios encargados del módulo de ingresos de la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre no dan abasto en los últimos días. Al trasiego habitual de un centro penitenciario tan masificado como éste (la prisión malagueña es la más sobrepoblada de Andalucía: cuenta con 1.554 reclusos, el triple de los 500 para los que está diseñada) se ha sumado en los últimos días la llegada de muchos vip -llamémosles así-. Dentro de escasos días, las tertulias del patio tendrán poco que envidiar al plató del desaparecido programa Tómbola, con una nutrida representación de los más bajos fondos de la sociedad española… y no hablamos de cacos, violadores o terroristas.

Uno de los últimos en someterse a los reconocimientos habituales tras el ingreso en prisión ha sido José Emilio Rodríguez Menéndez, trasladado a Málaga desde la prisión de Madrid III. El abogado de mil y un famosos que amenazó con empezar a tirar de la manta sacando “cosas de la España corrupta y asesina” tendrá la posibilidad de comentar el diseño del uniforme de recluso con los responsables de otro de los grandes escándalos del año, la operación Malaya.

El psicólogo de la prisión que valora a los reos recién llegados se verá las caras con una cohorte de ex ediles del Ayuntamiento de Marbella como Vicente Manciles, Tomás Reñones, Rafael González Carrasco, Luis Fernández Garrosa o María José Lanzat. Todos ellos se encuentran tras las rejas desde el jueves, después de que el juez decretara su ingreso en prisión. Una vez que superen el módulo de ingresos, la cosa se pondrá aun más interesante: en la misma cárcel se encuentran desde abril Marisol Yagüe, ex alcaldesa de Marbella; Isabel García Marcos, ex concejala de la corporación marbellí; y Juan Antonio Roca, la mano que mecía la cuna del urbanismo en la Costa del Sol.

Para Menéndez, el viaje a Málaga es sólo un trayecto más en el periplo judicial al que se enfrenta desde que regresó a la Península Ibérica. Como otros golfos al estilo de Roldán o Paesa, el abogado tomó en su día (mayo de 2005) las de Villadiego afirmando que sufría una persecución política en España y se refugió en Argentina. Esa supuesta “persecución política” tenía su origen en una condena judicial de dos años por haber difundido el famoso vídeo de Pedro J. Ramírez. El abogado que más minutos ha copado en Aquí hay tomate y demás programas del cuore fue detenido en el país sudamericano en julio del año pasado y puesto en libertad al día siguiente de su arresto.

Hábil escapista, el que fuera abogado de Antonio David Flores logró que su pista desapareciera desde entonces y hasta este pasado mes de mayo. En esa fecha fue detenido en el pueblo salmantino de Fuentes de Oñoro tras huir del aeropuerto de Lisboa, donde agentes de la policía portuguesa habían intentado identificarlo. Menéndez fue ingresado primero en la prisión de Topas (Salamanca) y luego en la de Madrid III. Entremedias de su traslado de Madrid a Alhaurín -a raíz de su comparecencia como testigo en un juicio en Málaga- Rodríguez Menéndez tuvo que ser ingresado en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, donde ha permanecido una semana en la unidad de cuidados intensivos afectado de una enfermedad coronaria.

Los funcionarios encargados del módulo de ingresos de la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre no dan abasto en los últimos días. Al trasiego habitual de un centro penitenciario tan masificado como éste (la prisión malagueña es la más sobrepoblada de Andalucía: cuenta con 1.554 reclusos, el triple de los 500 para los que está diseñada) se ha sumado en los últimos días la llegada de muchos vip -llamémosles así-. Dentro de escasos días, las tertulias del patio tendrán poco que envidiar al plató del desaparecido programa Tómbola, con una nutrida representación de los más bajos fondos de la sociedad española… y no hablamos de cacos, violadores o terroristas.