'Las 13 rosas', el nuevo 'tsunami' progre que se le viene encima al PP a meses de las elecciones

Al PP se le viene encima un nuevo arreón propagandístico del Gobierno de Rodríguez Zapatero, un maestro consumado en el arte del agit-prop. Un acelerón que se produce en plena tormenta provocada por el envite lanzado por Ibarretxe contra la Constitución del 78, y la consiguiente crisis de la Monarquía. Y con un Zapatero en horas bajas, que intentará aprovechar la oportunidad para relanzar su Memoria Histórica, Ley incluida, ahora mismo arrumbada. El apretón de marras va a ser de cine, nunca mejor dicho, porque está relacionado con el inminente estreno de la película Las 13 rosas, que ha producido Enrique Cerezo y Pedro Costa y que dirige Emilio Martínez-Lázaro.

Para entender el envite, una brevísima sinopsis histórica. Tras la caída de Madrid en manos de Franco, las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) intentan reorganizarse en la clandestinidad bajo la dirección de José Peña Brea, un joven de 21 años que, a poco de llegar a Madrid procedente de Valencia, fue detenido y obligado mediante torturas a delatar a la práctica totalidad de los miembros de la organización. Entre los detenidos se hallan ‘las 13 Rosas’, trece jóvenes algunas de las cuales ni siquiera se habían integrado aún en las JSU, que fueron conducidas a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, y después enviadas a la cárcel de mujeres de Ventas.

Ninguna de ellas pensó que su detención pudiera terminar en tragedia, porque Franco había dicho que quien no tuviera las manos manchadas de sangre nada tenía que temer. Pero en su camino se cruzó, el 27 de julio de 1939, el asesinato en Talavera de la Reina de Isaac Gabaldón, un notorio represor, a la sazón comandante de la Guardia Civil, inspector de policía militar de la 1ª Región Militar y encargado del ‘Archivo de Masonería y Comunismo’, su hija y su chófer. En plena borrachera de sangre, el Régimen necesitaba un escarmiento ejemplar. Como represalia, 56 jóvenes de las JSU ya encarcelados, entre los que se encontraban ‘las 13 rosas’, fueron llevados a juicio ante un Tribunal Militar el 3 de agosto (expediente 30.426), y dos días después, amanecer del 5 de agosto, conducidos a la tapia del cementerio de la Almudena, donde fueron fusilados. La más joven no había cumplido los 16 años.

Enrique Cerezo ha hecho ya un pase privado al que han asistido algunos de sus buenos amigos en el Partido Popular, que sencillamente han quedado tan impresionados como preocupados con el filme. Porque la historia, trágica donde las haya, típica de la barbarie de toda dictadura que se precie, no ahorra un detalle susceptible de ser interpretado tendenciosamente. Se trata, en suma, de una revisión de nuestra historia reciente en términos de buenos y malos, muy en línea con la política de este Gobierno dispuesto a reabrir heridas que tanta gente creía cerradas.

De la película se van a distribuir las copias necesarias para peinar todos los cines del país de arriba abajo. El estreno está previsto para el próximo 19 de octubre en Madrid, y naturalmente al evento han prometido su asistencia el propio presidente Rodríguez Zapatero y la vicepresidente, María Teresa Fernández de la Vega, amén de otros miembros de Gabinete. Un akelarre socialista en toda regla, que servirá para calentar los ánimos del Gobierno Zapatero, tan necesitado ahora mismo de resucitar fantasmas para remontar el vuelo.

Y parece que en el PP se ha liado una buena. Porque las pobres gentes de la derecha no saben qué hacer y cómo salir de la nueva trampa para elefantes que les tiende Zapatero y su entorno. Y tras el desconcierto inicial, intentan buscar si no el antídoto contra el tsunami demagógico que sin duda va a provocar el estreno de Las 13 rosas, sí al menos una explicación, una posición coherente al respecto, con lo fácil que le resultaría a Mariano Rajoy ponerse al frente de la manifestación contra la represión franquista y, de paso, aludir, con sorna o sin ella, a la responsabilidad del PSOE en una tragedia colectiva que nunca más, bajo ninguna circunstancia, debería volver a repetirse.