Es noticia
Rodrigo Rato cobra 65.000 euros por ‘bolo’, bastante por debajo de los 90.000 de Aznar
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

Rodrigo Rato cobra 65.000 euros por ‘bolo’, bastante por debajo de los 90.000 de Aznar

Que la leche y los yogures se han puesto por las nubes es una obviedad, por mucho que se empeñe Rodríguez Zapatero en decir que peor

Que la leche y los yogures se han puesto por las nubes es una obviedad, por mucho que se empeñe Rodríguez Zapatero en decir que peor las gastan en Alemania. Por fortuna, en el escandallo de productos, más o menos tangibles, que se utilizan para calcular la inflación no figuran los ‘bolos’, charlas, conferencias o lecciones magistrales que suelen dar algunos de los políticos en cesantía más célebres del lugar, caso de Felipe González o José María Aznar, porque en ese caso el IPC se iría por las nubes.

Tomemos un caso reciente, de ahora mismo, para saber cómo está el percal en este terreno y lo que cuesta un peine. Una agrupación empresarial española, cuyas siglas por obvias razones no vamos a mencionar, está intentando ajustar la intervención de un político del PP para poner broche de oro, con la correspondiente lección magistral, a la celebración de una efeméride muy notable para la institución.

De modo que sus responsables se pusieron manos a la obra hace escasas semanas, tratando de contactar con el entorno de los aludidos para conocer su disponibilidad y, naturalmente, la importancia de su caché, claro está, porque la asociación en cuestión tampoco es que nade en la abundancia a lo Warren Buffet. Su asombro no ha podido ser mayor, hasta tal punto que, tirando de lista, han ido aminorando sus pretensiones en vista de las cifras que solicitaban los peces gordos. Y en esa pendiente, el organizador del evento llamó hace días a un dirigente empresarial madrileño pidiendo ayuda:

-Oye, ¿tú sabes cómo podría yo localizar a Jaime Caruana, el ‘ex’ del Banco de España?

-Pues hombre, lo tienes bastante fácil. Yo mismo te puedo facilitar el teléfono. ¿Para qué lo quieres? ¿Es muy urgente?

-Es que queremos invitarle a que nos dé una conferencia en la organización, con motivo de nuestro... ¿Tú sabes si estaría dispuesto? ¿Ahora mismo está en Washington, no?

-Sí, por allí anda, pero eso no es ningún problema, porque en unas horas se planta en España. Pero dime un acosa, ¿y no os interesaría mejor un hombre como Rodrigo Rato...?

-Claro que sí, y ya lo hemos intentado, lo que pasa es que Rodrigo pide 65.000 euros por intervención, y eso es mucho dinero para nosotros.

-Y ¿por qué no lo intentáis con Aznar?

-¡Uyyy... también le hemos llamado, pero lo de Aznar es mucho peor, porque cobra 90.000 euros!

Y no son solo los 65.000 de Rato, o los 90.000 de Aznar, no. Es que, además, hay que pensar en el hotel de cinco estrellas, más el coste de los escoltas encargados de la seguridad durante el tiempo que dure la estancia en la ciudad correspondiente. En suma, un buen pico. De modo que no queda más remedio que acordarse de Jaime Caruana, que sin duda estará mucho más barato en la bolsa de valores del “bolo” político-económico. A los sorprendidos convocantes de la efeméride de marras se les abre ahora otra posibilidad: la contratación de Mariano Rajoy, un hombre llamado, después de lo ocurrido ayer, a volver a su despacho de registrador de la propiedad, alternando sus tiempos muertos con charlas variopintas sobre la brutal experiencia de su paso por la política. Y seguro que no es caro.

Que la leche y los yogures se han puesto por las nubes es una obviedad, por mucho que se empeñe Rodríguez Zapatero en decir que peor las gastan en Alemania. Por fortuna, en el escandallo de productos, más o menos tangibles, que se utilizan para calcular la inflación no figuran los ‘bolos’, charlas, conferencias o lecciones magistrales que suelen dar algunos de los políticos en cesantía más célebres del lugar, caso de Felipe González o José María Aznar, porque en ese caso el IPC se iría por las nubes.

Rodrigo Rato José María Aznar Botella