Alarma en las universidades españolas por el uso de las nuevas tecnologías para copiar en los exámenes

Leído en internet: ''Vendo pinganillo por 200 euros para aprobar examen. Es una auténtica miniatura: por mucho que se mire dentro de la oreja no es posible verlo. Por ello se suministra con unas pequeñas pinzas con luz para poderlo extraer. Ten la seguridad de que aprobarás el examen al que te presentes''. Anuncios como éste, colgado en un foro universitario, abundan estos días en la red. Miles de alumnos en toda España se enfrentan a los temidos exámenes de septiembre, y aunque lo cierto es que copiar se ha copiado siempre, las técnicas de plagio están evolucionando al mismo ritmo vertiginoso que las tecnologías de la información, dejando casi en pañales a las artesanales chuletas.

Algunas de las universidades públicas españolas ya han dado la voz de alarma. Y han alertado a sus profesores para que extremen la vigilancia en las aulas y cazar a los tramposos. La Universidad Carlos III de Madrid, por ejemplo, ha remitido un correo electrónico al profesorado en el que informa de que ''ante las noticias que están llegando a este Decanato sobre la utilización por parte de algunos alumnos de medios electrónicos (teléfonos móviles, micrófonos receptores auxiliares...) en la realización de los exámenes, se recomienda a los profesores de esta Facultad que presten una especial atención en la vigilancia de aquellos [exámenes] de los que sean responsables''.

Sin embargo, las universidades no están dispuestas a trasladar toda la responsabilidad al profesorado. Es mucho lo que está en juego, porque su credibilidad y su prestigio podrían verse seriamente afectados si se extiende la idea de que en tal o en cual centro universitario está chupado copiar. De ahí que algunas de ellas ya se hayan puesto manos a la obra para impedir que los alumnos con pocos escrúpulos se sirvan de las nuevas tecnologías para superar los exámenes. Sin ir más lejos, la Universidad Carlos III, empeñada en mantener su excelencia académica en todos los ámbitos, ya está trabajando en el desarrollo de un sistema anticopiones. Además de pedir a sus profesores que extremen la vigilancia durante los exámenes extraordinarios de septiembre, la Carlos III ha informado a su personal docente de que está ''estudiando la implantación de los medios electrónicos adecuados para evitar este tipo de prácticas''. En otras palabras: que, antes o después, todas las universidades acabarán instalando en sus aulas inhibidores u otros dispositivos electrónicos para inutilizar los artilugios empleados por los que quieren aprobar sin esfuerzo.

Claro que no va a resultar fácil acabar con el fraude, porque los nuevos métodos siguen conviviendo con los tradicionales. Un reciente estudio elaborado por la Universidad de las Islas Baleares revela que el 44% de los estudiantes admite haber utilizado chuletas en los exámenes, y un 47% haber copiado de un compañero . E incluso un 2,3% reconoce que llegó a suplantar a un amigo.