Es noticia
La cara B de los Premios: Felipe y Letizia en tiempos de cruces, crisantemos y resurrección
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

La cara B de los Premios: Felipe y Letizia en tiempos de cruces, crisantemos y resurrección

El financiero José Ángel Sánchez Asiaín vivió el último “viernes negro” desde Oviedo mientras el presidente de la Caixa, Isidre Fainé, seguía “on line” la mañana

El financiero José Ángel Sánchez Asiaín vivió el último “viernes negro” desde Oviedo mientras el presidente de la Caixa, Isidre Fainé, seguía “on line” la mañana bursátil desde el hall del Hotel Reconquista convertido en una especie de sala de encuentros. De repente, tras una llamada al móvil cogió su avión privado y regresó a Barcelona antes de celebrarse la gala de los Premios Príncipe de Asturias.

Otra financiera, Ana Patricia Botín, también lució palmito en los Premios, con un elegante Chanel en la recepción matutina y por la tarde un Yves Saint Laurent. Otro de la casa, el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, se estrenaba como presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, mientras su banco se desplomaba en Bolsa. Aunque la crisis no afecta por igual a todos los bolsillos, a tenor de las últimas tendencias en diamantes y perlas de Tahití...

Los Premios suponen un marco excelente para establecer contactos y enviar mensajes. Así, la visita institucional coincidió con una conferencia de Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa, quien recuerda al Monarca su papel “defensor de la unidad de España”. Ante este panorama, don Felipe y doña Letizia inauguran una visión transgresora sobre “Cruces”, alguna considerada un sacrilegio para los más puristas defensores de la Cruz de la Victoria.

El mayor morbo de la gala fue inspeccionar la real napia. “El cirujano merece un galardón”, comenta una señora al paso de la princesa. Hasta la mismísima Ingrid Betancourt recordó en su alocución pública lo “bellísima” que está Letizia. Sin duda, la ex política colombiana pronunció el discurso más emotivo; de la selva “imaginando un mundo mejor” a la civilización como “voz de los que no tienen voz”. Para terminar, entre llantos, implorando por romper la indiferencia ante el terrorismo.

En el escenario, lucieron majestuosas banderas de doce países, y en el pasillo la alfombra azul representaba una prolongación del emblema asturiano. Rafael Nadal, el number one del tenis, fue el más vitoreado. Larry Page irradiaba felicidad con su “Prince of Asturias Award”. Los científicos y representantes de las organizaciones que lideran la lucha contra la malaria también fueron muy aplaudidos. Quizá el matrimonio de médicos formado por Pedro Alonso y Clara Menéndez recibió más admiración al ser de origen asturiano.

Desde bambalinas, un detallito del atrezzo. La reina doña Sofía, fiel a la cita, presenció el acto desde el palco municipal, mientras que la madre de la princesa, Paloma Rocasolano, lucía una chaqueta roja en el patio de butacas. El presidente Vicente Álvarez Areces junto con el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, recibían en el hall del teatro a la jet. El overbooking provocó tal confusión que algún compromiso tuvo que ser ubicado en pleno gallinero. Y eso que no se presentó Zapatero, que obligó a la organización a tener un plan B de protocolo por si cancelaba en viaje a China y acudía al evento.

El financiero José Ángel Sánchez Asiaín vivió el último “viernes negro” desde Oviedo mientras el presidente de la Caixa, Isidre Fainé, seguía “on line” la mañana bursátil desde el hall del Hotel Reconquista convertido en una especie de sala de encuentros. De repente, tras una llamada al móvil cogió su avión privado y regresó a Barcelona antes de celebrarse la gala de los Premios Príncipe de Asturias.

Príncipes de Asturias