Montilla y Zapatero evitan encontrarse: tú a Madrid con Koplowitz y yo a Barcelona con Alierta

Las agendas del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, son tan apretadas que no coinciden ni quieren coincidir. Y cuando parece que se van a encontrar, siempre encuentran una excusa para coger el petate y salir corriendo. Así, mientras Zapatero ha viajado hoy Barcelona para presidir un almuerzo organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), Montilla ha cogido un avión a Madrid para entregar el Premi Blanquerna a Esther Koplowitz.

Casualidad o no, parece que la relación entre ambos no marcha del todo bien. La última vez que el presidente del Gobierno viajó a Barcelona no salió bien parado. Fue en julio y con motivo del XI Congreso del PSC, donde José Montilla dijo que su formación política quiere mucho a Zapatero pero quiere más a Cataluña. Estas declaraciones sentaron mal en Moncloa, considerando que se las podía haber ahorrado.

El propósito del almuerzo en Barcelona es distinguir al presidente de Telefónica, César Alierta, con el premio de directivo del año 2007. Este, sin embargo, excusó a última hora de ayer su presencia por motivos familiares. En esta reunión estará también el presidente de La Caixa, Isidre Fainé. Zapatero se encuentra en territorio hostil. La AED, formada por 350 directivos y empresarios, ha expresado recientemente su apoyo al Gobierno catalán ante la necesidad de una mejor financiación y un mayor respeto al Estatut. Esto puede hacer que la visita del presidente del Gobierno no le resulte del todo cómoda.

Al mismo tiempo que Zapatero lidia con los empresarios en Cataluña, José Montilla entrega en Madrid el 15º Premi Blanquerna a Esther Koplowitz en reconocimiento a su trayectoria profesional como principal accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Así pues, los dos presidentes se reúnen con lo más granado del Ibex, Telefónica y FCC, pero estableciendo alianzas por separado.

En vistas de que el nuevo sistema de financiación para Cataluña todavía está en suspenso es de prever que esta incompatibilidad de agendas no sea la última.