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Las Cuatro Torres de Madrid, la Ciudad de Las Artes de Valencia, la Torre Agbar de Barcelona ¿Hitos arquitectónicos o grandes fiascos?
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Las Cuatro Torres de Madrid, la Ciudad de Las Artes de Valencia, la Torre Agbar de Barcelona ¿Hitos arquitectónicos o grandes fiascos?

Uno de los chistes que cuentan los arquitectos es que "los dos oficios más antiguos del mundo siempre adoptan la posición que pide el cliente". La

Uno de los chistes que cuentan los arquitectos es que "los dos oficios más antiguos del mundo siempre adoptan la posición que pide el cliente". La frase pronunciada por Le Corbusier viene al pelo para describir lo que, arquitectónicamente hablando, ha sucedido en la última década en este país. Grandilocuentes proyectos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, caros y vacíos de contenido; edificios como el de Agbar, al que hasta su autor califica de "fálico"; cuatro torres juntas, pero no revueltas, como las de Madrid, actualmente semivacías; y un pueblo como Benidorm que, con casi una veintena de rascacielos, se cree Manhattan. En la última década de burbuja, han sido muchos los hitos arquitectónicos, pero ¿cuántos de ellos son edificios emblemáticos y cuántos grandes fiascos?

La construcción de la Cuatro Torres business area de Madrid, oda al 'pelotazo' ladrillero ibérico, ha sido una carrera a contrarreloj para ver quién la tenía más larga (la torre, se entiende). Erguidas sobre una zona con evidentes problemas de infraestructuras, ostentan el dudoso honor de haber lanzado al mercado miles de metros cuadrados de oficinas en el peor momento inmobiliario posible. Con razón se encuentran a medio ocupar. ¿Quién sabe si, por ese savoir faire internacional de Luis del Rivero, los rusos de Lukoil se convierten en los inquilinos de la Torre Sacyr?

Los catalanes, en esto de la grandeur de las construcciones, no podían ser menos que los madrileños. Para muestra la Torre Agbar, de la que su propio creador, Jean Nouvel, ha manifestado que no le sorprende "que se vea como algo fálico. El pináculo es mucho más polisémico en Barcelona que en el extranjero...". Palabra de Nouvel. 

Mención aparte merece la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Factura de Calatrava, el proyecto es tan grandioso y ha costado tanto que, una vez acabado, ya no ha quedado financiación para dotarlo de contenido. Una vez construido el coloso, las artes y las ciencias pueden esperar. Para colmo, se inundó el Palau de les Arts, uno de los edificios que componen la Ciudad. En el mismo complejo, Calatrava presentó y cobró un proyecto para levantar tres torres, pero la iniciativa está bloqueada porque no hay empresarios interesados en financiarla y desarrollarla.

Sin ir mucho más lejos, hay un pueblo mediterráneo, Benidorm, que se cree Manhattan. Él solito acapara una veintena de rascacielos. Algunos de los cuales, como el Gran Hotel Bali, se han colado entre los veinte más altos de Europa. Por aires de grandeza, que no quede. Y hablando de agrorrascacielos, hasta El Ejido cuenta con el suyo, el Edificio Torrelaguna, de cien metros de altura.

El arquitecto Jacques Herzog, del despacho suizo Herzog & De Meuron, artífice de El Nido de los Juegos Olímpicos de Pekín y Premio Pritzker de arquitectura en 2001, visitó recientemente Madrid con motivo de la presentación de la nueva sede corporativa del BBVA, una ciudad laboral que pretende ser "un oasis en el desierto urbano" de Las Tablas en Madrid. Muy apropiado el calificativo de "desierto" al referirse a uno de los PAUs de Madrid. Tan desierto de habitantes como la Pocerolandia de Seseña o la Avelandia de Reyal Urbis.

En su speech, los representantes de Herzog & De Meuron destacaron que no es habitual que a los arquitectos se les permita "jugar" con edificios protegidos, como el Caixa Forum de Madrid, presa de las llamas unos años antes. Con la que está cayendo, en medio del escándalo Madoff, el BBVA se desmarca inaugurando con antelación su futura ciudad financiera. Se desconoce si correrá la misma suerte (venta y posterior alquiler) que la del Santander en Boadilla. Eso sí, en su presentación, Gallardón anunció que la reactivación de la Operación Chamartín es "inminente". El caso es poner "another brick in the wall" en la finca llamada España.

Uno de los chistes que cuentan los arquitectos es que "los dos oficios más antiguos del mundo siempre adoptan la posición que pide el cliente". La frase pronunciada por Le Corbusier viene al pelo para describir lo que, arquitectónicamente hablando, ha sucedido en la última década en este país. Grandilocuentes proyectos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, caros y vacíos de contenido; edificios como el de Agbar, al que hasta su autor califica de "fálico"; cuatro torres juntas, pero no revueltas, como las de Madrid, actualmente semivacías; y un pueblo como Benidorm que, con casi una veintena de rascacielos, se cree Manhattan. En la última década de burbuja, han sido muchos los hitos arquitectónicos, pero ¿cuántos de ellos son edificios emblemáticos y cuántos grandes fiascos?