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A Roures no le salen las cuentas: se acabaron los hoteles, los cócteles y las narraciones desde el estadio
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A Roures no le salen las cuentas: se acabaron los hoteles, los cócteles y las narraciones desde el estadio

Roures probó el plato especial de la casa, el fútbol, durante el Mundial de Alemania de 2006 y le gustó mucho. En tiempos de bonanza, decidió

Roures probó el plato especial de la casa, el fútbol, durante el Mundial de Alemania de 2006 y le gustó mucho. En tiempos de bonanza, decidió seguir disfrutando del deporte rey a cualquier hora y a cualquier precio. Pero seguía teniendo hambre y un día pidió una enorme ración de Fórmula 1, las angulas de nuestra programación. Y cuando ya tuvo la comida servida en la mesa, al jefe de Mediapro le dio por mirar los precios en la carta, hizo números, miró su cartera (menguada por una crisis galopante) y se dio cuenta de que no le daba para pagar semejante factura. Había comido por los ojos. Entonces, decidió actuar antes de tener que ponerse a lavar platos y perder su estatus de gran comensal.

Por ello, laSexta lleva desde inicios de 2009 retransmitiendo sus partidos de la Liga con lo justo y necesario. Un telespectador avispado ya se habrá dado cuenta de que tanto el narrador en cuestión como los comentaristas que le acompañan no están presentes en una de las cabinas del estadio donde tiene lugar el partido. Las cámaras son las mínimas necesarias y la presencia de periodistas de la casa se reduce a uno, encargado tanto del pie de campo como del palco y también de la zona mixta pos partido.  

Que no haya nadie, salvo los cámaras, en el estadio había sido lo habitual en esta cadena cuando finalmente habían retransmitido aquellos polémicos partidos que se disputaban con Audiovisual Sport (Pay Per View) hasta el último momento. Pero ahora, en las altas esferas de Mediapro, se ha llegado a la determinación de que ‘El Partido de laSexta’ –el del sábado a las 22 horas- también merece tan pobre despliegue.

De un día para otro, llamaron a los dos colaboradores que les tocaba comentar junto a Andrés Montes uno de estos partidos para citarlos en Madrid, en los estudios que la cadena tiene en la Ciudad de la Imagen, poco antes de que comenzase dicho encuentro. Se les comunicó que los tres narrarían lo que ocurriese en un estadio a cientos de kilómetros de distancia sentados en una habitación, y a través de la señal de televisión. La misma que llega a los millones de espectadores que siguen esos partidos cada sábado por la noche.

El 'caviar Alonso', difícil de rentabilizar

Por los pasillos de laSexta, se alega que mejor esto que comenzar a echar a gente o recortar colaboradores. Las malas lenguas dicen que toda la culpa la tiene el ‘caviar Alonso’. Roures se subió a la parra en la subasta por la gallina de los huevos de oro, y al final pagó por ella con platino. Telecinco, que ha vivido gracias a la Fórmula 1 unos años excelentes, se retiró de la puja echándose las manos a la cabeza por lo que pagó Mediapro y lanzando un aviso a navegantes: “A ese precio, ningún producto es rentable”.

Ahora, para que empiecen a cuadrar un poco las cuentas, el fútbol de la Sexta y sus telespectadores pagarán las consecuencias. Adiós al viaje pagado para todos los miembros del despliegue, al hotel de –mínimo- cuatro estrellas, al más que correcto catering, etc. Adiós a cámaras que ofrecían planos de ‘lujo’, como los aéreos o desde los fondos. Y adiós a la previa y al pos partido, donde los Montes, Salinas, Kiko, Valdano y Cía. daban el toque personal e inconfundible a la retransmisión.

Para los ex futbolistas que tienen la misión de analizar -con mayor o menor arte y categoría- los avatares del partido, el hecho de depender de las imágenes que decida pinchar un realizador les tiene muy molestos. Son unos ‘mandaos’, eso está claro, pero son gente de fútbol y el fútbol donde mejor lo ven es en el campo. Y más aún, cuando les toca comentar lo que están viendo.

Y con esta tesitura, si alguna cadena decide hacer una oferta en firme por los derechos televisivos de la Liga, Mediapro aceptará encantado, antes de sufrir un empacho o acabar fregando platos. Se trata de disfrutar de los manjares de lujo -caviar y angulas- de los que disfrutará en exclusiva hasta 2013. Porque parece que con el especial de la casa se descuadra el presupuesto. ¡Que aproveche, señor Roures!

Roures probó el plato especial de la casa, el fútbol, durante el Mundial de Alemania de 2006 y le gustó mucho. En tiempos de bonanza, decidió seguir disfrutando del deporte rey a cualquier hora y a cualquier precio. Pero seguía teniendo hambre y un día pidió una enorme ración de Fórmula 1, las angulas de nuestra programación. Y cuando ya tuvo la comida servida en la mesa, al jefe de Mediapro le dio por mirar los precios en la carta, hizo números, miró su cartera (menguada por una crisis galopante) y se dio cuenta de que no le daba para pagar semejante factura. Había comido por los ojos. Entonces, decidió actuar antes de tener que ponerse a lavar platos y perder su estatus de gran comensal.

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