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El Barça ató a Messi, pero no a su madre
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El Barça ató a Messi, pero no a su madre

Celia es una madre normal y corriente. Quiere lo mejor para sus hijos. Protectora, combativa, guerrera y armada hasta los dientes para defender el interés de

Celia es una madre normal y corriente. Quiere lo mejor para sus hijos. Protectora, combativa, guerrera y armada hasta los dientes para defender el interés de sus cachorros. Más aún si el pequeño se ha metido en una cueva con hambrientos depredadores que harían de todo por sus huesos. Celia Messi busca la felicidad de su hijo Lionel y que nadie se aproveche de sus virtudes. Desea su bienestar en el trabajo y un sueldo digno. La Liga o la Champions; Laporta, o Guardiola. Da igual todo con tal de hacer justicia con su niño. En el Barça están tranquilos porque Leo Messi disfruta en el club, la ciudad y de su salario. No tiene pensado moverse… a no ser que su madre diga lo contrario.

La ‘Pulguita’  tiene la cabeza amueblada, los pies en el suelo. Sabe lo que tiene -unos 8 millones de ficha- y a quién se lo debe. Sus aspiraciones y futuro. En Barcelona, su padre Jorge y su hermano mayor Rodrigo también. Desde Rosario (Argentina), su hermanita Marisol y su hermano Matías, "un chico problemático", no opinan demasiado. Su mamá sí que habla, y mucho, tanto que a veces ha sido preguntada por la prensa acerca del futuro de Lionel como si fuera su representante. Y no va mal desencaminados los medios, pues el agente del futbolista es el marido de Celia, papá de Leo. No se sabe quién lleva los pantalones en casa, pero a nivel futbolístico empieza a dudarse que sea Jorge.

El FC Barcelona ha topado con una madre coraje, con una voz rebelde. Es consciente de que su chico es el mejor jugador del mundo y aún no lo es a nivel salarial. Para ella, no es suficiente la subida de este año. Sí, es el que más cobra del Barcelona y hasta que termine su contrato, año 2014, se embolsará 48 millones (sin contar publicidad y primas).  Pero esos 8 ‘kilos’ netos están lejos de los 9 de Kaká, los 10 de Cristiano y los 12 de Ibrahimovic. Celia cree que esto no se puede consentir y haría cualquier cosa para que su descendiente, Lionel Andrés Messi, lidere esa lista si hiciera falta. Hasta vestirlo de blanco merengue, algo que su padre/representante tuvo que desmentir hace unos días. Su madre no entiende de colores, sólo quiere lo mejor.

La familia Messi es un ejemplo de valentía. Aterrizó en España en el año 2000 porque Jorge Messi no encontraba un salario suficientemente grande como para pagar la medicina de Lionel. El niño de 13 años sufría un retraso en el crecimiento (desarrollo de la estructura ósea) a causa de un déficit en la producción de la hormona del crecimiento. Las inyecciones que han hecho que de 140cm pasase a los 169 actuales costaban unos 600 euros al mes. Ningún club de fútbol de Argentina le hizo una oferta para cubrir ese gasto y la emigración fue obligatoria. Los Messi se establecieron en Lérida y al poco tiempo de llegar, Leo recaló en la cantera blaugrana. Carles Rexach prometió a los Messi un contrato de 57.000 euros anuales para proporcionar los costes medicinales y desplazamientos necesarios a su país natal. Nueve años después, los clubes más poderosos del mundo no tienen duda en pagar los 140 millones que vale su cláusula de rescisión. Y Celia lo sabe.

Celia es una madre normal y corriente. Quiere lo mejor para sus hijos. Protectora, combativa, guerrera y armada hasta los dientes para defender el interés de sus cachorros. Más aún si el pequeño se ha metido en una cueva con hambrientos depredadores que harían de todo por sus huesos. Celia Messi busca la felicidad de su hijo Lionel y que nadie se aproveche de sus virtudes. Desea su bienestar en el trabajo y un sueldo digno. La Liga o la Champions; Laporta, o Guardiola. Da igual todo con tal de hacer justicia con su niño. En el Barça están tranquilos porque Leo Messi disfruta en el club, la ciudad y de su salario. No tiene pensado moverse… a no ser que su madre diga lo contrario.

Leo Messi