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'Maleni' finiquita su etapa ministerial con un homenaje de langostinos y un mantón de manila para los toros
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'Maleni' finiquita su etapa ministerial con un homenaje de langostinos y un mantón de manila para los toros

Fue el viernes al mediodía en el restaurante Limonar 40 de Málaga. En la zona más burguesa de la ciudad. Acudieron más de 150 personas para

Fue el viernes al mediodía en el restaurante Limonar 40 de Málaga. En la zona más burguesa de la ciudad. Acudieron más de 150 personas para arropar a Magdalena Álvarez. Hubo socialistas. Y  antiguos subordinados (el presidente de Adif, Antonio González Marín, y el ex presidente de AENA Manuel Azuaga, ahora de vuelta a su tierra como alto directivo de Unicaja). Tampoco faltaron a la cita empresarios como José Luis Sánchez Domínguez, presidente del grupo Sando; Juan Jiménez Aguilar, ex secretario general de la CEOE, o Federico Beltrán, presidente de Famadesa y ex concejal del PP del Ayuntamiento de Málaga.

 

El homenaje costaba 78 euros e incluía un menú con empacho de langostinos: tanto la ensalada como el gazpachuelo malagueño con rape contenían este marisco. El lomo de lubina sobre lecho de fideos negros y el tatín de manzana formaron parte del menú del evento organizado por Makyre.

Los invitados llegaron al recinto y lo primero que vieron era un globo transparente que incluía dos carreteras en miniatura. La mesa presidencial albergaba una maqueta de un AVE con dos locomotoras y tres vagones. También había trozos de Scalextrix. Todo para acentuar que ella, sólo ella, ha sido cinco años la jefa de Fomento. ‘Maleni’ llegó al restaurante a las 14.30 horas cuando la mayoría de invitados ya esperaban en el jardín con una copa de cava en la mano. “Hoy estoy relajada del todo”. Y no paró de soltar frases en voz alta: “Hoy da gusto hablar conmigo”. ¿Solamente hoy? ¿Mañana no? La que avisa…

Álvarez no empezó a hablar hasta más allá de la hora taurina de las cinco de la tarde, cuando ya servían los cafés tras retirar los camareros el helado de especies. Fue entonces, después de recibir un enorme mantón de Manila beige tostado que le acompañará en sus tardes de toros en La Malagueta, La Maestranza o Las Ventas, si es que sus ocupaciones como atareadísima diputada en Bruselas se lo permiten, cuando la ex ministra, “con un nudo en la garganta”, recurrió a la defensa a ultranza del deje andaluz. Y del suyo, ¡cómo no!…

La palabra orgullo la repitió en tres ocasiones. Número 1: “Estoy muy orgullosa de mi acento y no nos deben echar para atrás por cómo hablamos”. Número 2: “Estoy muy orgullosa de ser la primera mujer que ha sido ministra de Fomento”. Número 3: “Y también orgullosa de ser el ministr@ que más tiempo ha durado en esta responsabilidad”.

‘Maleni’ aseguró que con este almuerzo cerraba una etapa de su vida política y que espera seguir haciendo “cosas por Málaga, que son [sic] mis amores”. Al final estuvo a punto, incluso, de llorar. Pero se ahorró las lágrimas. “Si ahora lloro toda mi reputación de mujer dura se me va a caer en dos minutos”. Atrás, en efecto, quedaba su paso por Fomento. Dos mensajes para rematar la comida: “Espero seguir haciendo cosas por Málaga”. No especificó cuáles. El segundo: “Nos veremos en otra despedida” ¿Ya piensa en otro homenaje de langostinos y maquetas del AVE a 78 euros el cubierto?

Fue el viernes al mediodía en el restaurante Limonar 40 de Málaga. En la zona más burguesa de la ciudad. Acudieron más de 150 personas para arropar a Magdalena Álvarez. Hubo socialistas. Y  antiguos subordinados (el presidente de Adif, Antonio González Marín, y el ex presidente de AENA Manuel Azuaga, ahora de vuelta a su tierra como alto directivo de Unicaja). Tampoco faltaron a la cita empresarios como José Luis Sánchez Domínguez, presidente del grupo Sando; Juan Jiménez Aguilar, ex secretario general de la CEOE, o Federico Beltrán, presidente de Famadesa y ex concejal del PP del Ayuntamiento de Málaga.

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