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La extraña exclusiva del bodorrio de Jaime con Fiona y el mosqueo de los trabajadores de Prisa
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La extraña exclusiva del bodorrio de Jaime con Fiona y el mosqueo de los trabajadores de Prisa

Exclusiva a todo trapo en la revista Hola, con veinte páginas a color en papel satén y un desfile de vips, empresarios, políticos, famosos, famositos y

Exclusiva a todo trapo en la revista Hola, con veinte páginas a color en papel satén y un desfile de vips, empresarios, políticos, famosos, famositos y algún que otro advenedizo. De la familia del novio, Jaime Polanco, pocas instantáneas. Una de lejos del gran primo, Nacho Polanco, con un smoking a lo don Vito que los estilistas y expertos todavía no logran definir, y otra del ya defenestrado Javier Diez Polanco, ex consejero delegado de Sogecable y cabeza de turco de la política de Juan Luis Cebrián como gran maestro de las finanzas mundiales. Pero, ¿y la madre de don Jaime? ¿Y su decena de hermanos? En Madrid no se habla de otra cosa.

En el próximo número del Hola, que recogerá un extenso reportaje de la fiesta de daiquiris y caipirinhas previa al evento propiamente dicho, todo muy ibicenco, muy de blanco roto todos los invitados ataviados, tampoco habrá fotografías de los Polanco. ¿Motivo? La familia hizo saber de forma expresa que no quería aparecer en el reportaje debido a la ostentación de la celebración -organizada por la novia, Fiona Ferrer- y a la complicada situación económica por la que atraviesa el Grupo Prisa, donde los Polanco son accionistas mayoritarios y en el que han tenido que poner en marcha un plan de bajas incentivadas que puede afectar a 2.000 profesionales de la plantilla.

Es este el primer y principal comentario de los muchos que recorren la capital a cuenta de esta boda. ¿Se han vuelto locos los Polanco o alguien les ha comido el tarro…? Porque una exhibición -con su punto hortera y una cursilería fuera de lo común- semejante, con la que está cayendo, con Prisa abrasada por unas deudas que superan los 5.000 millones de euros, no tiene explicación racional, o solo tiene una: que el sentido común ha huido despavorido del  grupo tras la desaparición del fundador. Ahí puede estar la explicación de que, oliéndose la tostada, Cebrián, el auténtico capo de Prisa, no hiciera acto de presencia, a pesar de estar lógicamente invitado. Detalle adicional: tampoco estuvo Delkáder, cadena SER, que, aunque lo parezca, no tiene un pelo de tonto.

En el tema de los dineros, los novios lo pagaron todo, lo cual no debió ser plato de buen gusto para ellos, teniendo en cuenta que el evento tuvo lugar en el hotel Abama, un cinco estrellas situado al sur de Tenerife y propiedad de los Polanco. A cuenta de la acuciante crisis y el evidente déficit de dirección, la familia tuvo que ceder recientemente la gestión del establecimiento a la cadena Ritz Carlton y, claro está, la lujosa firma hotelera es generosa… pero no tonta. Así que todos a apoquinar. Los dueños del hotel incluidos. Eso sí, a precio de amigo.

Cuentan que la citada cadena ofertó a los invitados un paquete completo y a precio mucho más reducido, con lo que la cosa quedó entre 230 y 280 euros por habitación/noche, una ganga dada la categoría del establecimiento. La familia se consuela arguyendo que, a pesar de todo, la boda habrá supuesto una buena publicidad para el establecimiento. O lo que es lo mismo: amanece que no es poco.

Para menos celebraciones están en el Grupo Prisa, donde hay un mosqueo de narices a cuenta de la  suntuosidad de la que se ha hecho gala en este evento cuando la plantilla, cerca de 14.000 trabajadores, se las ve y se las desea para cobrar a fin de mes. Curiosamente, donde más Holas se han visto ha sido en la redacción de El País y en la Ser. Coñas generalizadas sobre el atuendo de Nacho Polanco.

 

Exclusiva a todo trapo en la revista Hola, con veinte páginas a color en papel satén y un desfile de vips, empresarios, políticos, famosos, famositos y algún que otro advenedizo. De la familia del novio, Jaime Polanco, pocas instantáneas. Una de lejos del gran primo, Nacho Polanco, con un smoking a lo don Vito que los estilistas y expertos todavía no logran definir, y otra del ya defenestrado Javier Diez Polanco, ex consejero delegado de Sogecable y cabeza de turco de la política de Juan Luis Cebrián como gran maestro de las finanzas mundiales. Pero, ¿y la madre de don Jaime? ¿Y su decena de hermanos? En Madrid no se habla de otra cosa.

Enrique Polanco