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Antonio Brufau (Repsol) se lleva la prensa a Brasil y saca pecho
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Antonio Brufau (Repsol) se lleva la prensa a Brasil y saca pecho

Que Antonio Brufau no está viviendo su mejor momento como presidente de Repsol es un secreto a voces. La mecha de las dificultades con sus socios

Que Antonio Brufau no está viviendo su mejor momento como presidente de Repsol es un secreto a voces. La mecha de las dificultades con sus socios de referencia la encendió un Con Lupa publicado en este diario el domingo 25 de octubre, y la herida se ahondó con otra noticia, también aparecida en El Confidencial el 6 de noviembre, sobre lo ocurrido en la reunión del Consejo correspondiente al mes de octubre. Desde entonces casi todos los medios, por tierra, mar y aire, se han lanzado sobre el topic dispuestos a echar su cuarto a espadas. La pregunta clave es de este tenor: ¿Está el problema circunscrito al dividendo, o el mar de fondo es mucho más profundo?

Que la marejada es importante ha venido a demostrarlo la propia reacción del aludido. En efecto, Brufau ha hecho las maletas y se ha llevado este fin de semana a Brasil a una amplia representación de la prensa española, incluidos algunos medios en Internet. Razones le sobran: Brasil se ha convertido en la gran reserva –nunca mejor dicho- de Repsol y no precisamente espiritual, sino material, de las que cuentan, de esas reservas de crudo capaces de convertir a una compañía de refino y venta al público de carburantes en una auténtica empresa petrolífera.

De modo que nada mejor que enseñar a los medios, nacionales y extranjeros, los nuevos poderes de una firma que tenía, todavía tiene, su talón de Aquiles en su bajo nivel de reservas probadas de petróleo y gas. Parece, sin embargo, que Brufau no ha podido resistir la tentación de ir más lejos y, ya puestos, pasar al cobro, con pregonero incluido, algunas cuentas pendientes con sus accionistas de referencia.

En efecto, Repsol ha acompañado el viaje a Brasil de los medios con una agresiva campaña de publicidad en prensa, de momento, que luego se irá extendiendo a otros soportes. Los diarios del  domingo incluían esa publicidad, titulada “inventemos el futuro”, en página impar –la más cara-, con mensajes escogidos entre titulares de prensa favorables a la actividad de la compañía, y con una adenda final en gruesos caracteres que más parece un capón a los accionistas –Sacyr Vallehermoso y La Caixa- que otra cosa: “Inventar el futuro es saber gestionar bien el presente”.

Las quejas soterradas de los accionistas

Gestionar. La palabra clave que en nueve letras parece concitar las diferencias que separan hoy en Repsol a los gestores de los dueños del capital. Los dos grandes accionistas se vienen quejando de tapadillo de que Brufau no ha hecho los deberes, o no todos los que debía, en cuestiones tales como la reducción de costes, el recorte de plantilla o el mejor destino de algunas inversiones. Brufau les contesta a través de la prensa que gestiona mejor que nadie, y que sabe gestionar tanto el presente como el futuro. Para que vayan tomando nota.

Total que entre esta campaña de publicidad y las numerosas e inevitables crónicas remitidas desde Río de Janeiro por los periodistas invitados y aparecidas en los últimos días a mogollón en todos los medios, la sobreexposición mediática de Antonio Brufau está resultando abrumadora, tanto que algunos piensan que el de Repsol puede haberse pasado de frenada. Porque no está claro que a los dueños de Sacyr Vallehermoso y de La Caixa les esté gustando el espectáculo.        

Que Antonio Brufau no está viviendo su mejor momento como presidente de Repsol es un secreto a voces. La mecha de las dificultades con sus socios de referencia la encendió un Con Lupa publicado en este diario el domingo 25 de octubre, y la herida se ahondó con otra noticia, también aparecida en El Confidencial el 6 de noviembre, sobre lo ocurrido en la reunión del Consejo correspondiente al mes de octubre. Desde entonces casi todos los medios, por tierra, mar y aire, se han lanzado sobre el topic dispuestos a echar su cuarto a espadas. La pregunta clave es de este tenor: ¿Está el problema circunscrito al dividendo, o el mar de fondo es mucho más profundo?

Antonio Brufau