Pomatta pasa de nuevo por quirófano sin haber cobrado su jubilación millonaria de Mutua Madrileña

No le ha tocado la lotería ni ha cobrado aún la pensión de jubilación millonaria de 19 millones de euros que reclama a su antigua casa, Mutua Madrileña. Y por lo que respecta a 2010, el abogado José María Ramírez Pomatta tampoco ha comenzado el año con buen pie en cuanto a salud se refiere. El que fuera consejero y presidente de la aseguradora de automóviles hasta 2008 tiene cita con el quirófano una vez más.

El problema de salud de Pomatta es el mismo al que tuvo que hacer frente cuando dirigía Mutua Madrileña, una situación que terminó provocando su salida de la compañía y que no se ha revertido. De hecho, necesita un nuevo transplante de hígado, operación que ha dejado en manos del Jefe del Servicio de Cirugía General y Trasplantes Abdominales del Hospital del 12 de Octubre, el prestigioso profesor Enrique Moreno.

 

Precisamente, la relación con Enrique Moreno fue uno de los puntos de oposición que tuvo Pomatta como gestor de Mutua Madrileña. Su sucesor en el cargo de presidente, Ignacio Garralda, congeló uno de los proyectos estrella, la construcción de una ciudad sanitaria prometida en 2005 que habría supuesto una inversión de 500 millones de euros. Al frente del proyecto habría estado el cirujano salvador de Pomatta.

Aun así, la generosidad de Mutua Madrileña con el sistema sanitaria público no ha quedado descubierto. Desde 2003, a través de la Fundación, bajo mandato de Pomatta fueron donados más de 90 millones de euros, una labor altruista que supuso la distinción con la Placa de Plata del Hospital Doce de Octubre al entonces presidente de la aseguradora, precisamente de manos del mismo centro sanitario donde ejerce Moreno.

Hace sólo un mes, el condecorado fue el cirujano, al que se concedió la Gran Cruz de la sanidad madrileña por su labor en la práctica sanitaria y su trayectoria docente en Cirugía y Transplantes hepáticos, reconocimiento que suma a otros muchos galardones nacionales e internacionales, entre ellos el Príncipe de Asturias. Ahora, con el paciente Pomatta de por medio, lo que está en juego es una jubilación millonaria.