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El rector socialista de Alcalá purga a los díscolos y premia a sus amigos de 'El País'
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El rector socialista de Alcalá purga a los díscolos y premia a sus amigos de 'El País'

Informar con independencia y libertad tiene un precio. A veces muy caro. Y esta historia es uno de esos relatos que explican por qué ir contra

Informar con independencia y libertad tiene un precio. A veces muy caro. Y esta historia es uno de esos relatos que explican por qué ir contra la casta reinante puede salir muy caro. El nuevo responsable de la Universidad de Alcalá de Henares, Fernando Galván, socialista de pro y delfín del ex rector Virgilio Zapatero, otro de la causa de Ferraz que ha acabado en nómina de Caja Madrid como vicepresidente, ha cesado de un plumazo a la jefa de comunicación de la Universidad. ¿Un ajuste provocado por la crisis? Peor aún. Una maquiavélica maniobra que le ha servido para quitarse de encima a una díscola colaboradora y enchufar, al mismo tiempo, a la mujer de un amigo. Un amigo que, en este caso, es un conocido periodista de El País y ex fontanero de La Moncloa, Javier Valenzuela, de profesión tertuliano. 

La cosa podía quedar ahí y ser un caso más de pasmoso nepotismo, pero tras este cambio de nombres se esconde la sucia represalia que el rector de la Universidad ha perpetrado contra el Diario de Alcalá, el único periódico que durante los últimos meses ha estado informando de varios pufos económicos que rodeaban a la gestión del ex rector Zapatero. Casos, por ejemplo, de empresas que eran continuamente contratadas por el campus pese a no tener trayectoria conocida o no estar siquiera inscritas en el registro mercantil o el supuesto agujero de tres millones de euros en las cuentas de uno de los centros de la Universidad. Informaciones que meten el dedo en la llaga y que han acabado con una represalia directa hacia su director, Antonio Naranjo, casado con la hasta ahora jefa de comunicación de la UAH. 

Lo triste, asegura Naranjo, es que un caso tan injusto como éste, que clama al cielo, haya sido aprovechado por otro colega de la profesión para colocar a su querida mujer. Pero lo cierto es que no es la primera vez que Valenzuela tira de sus amigos del PSOE para enchufar a su esposa, Dácil Marín, en algún que otro puesto de confianza. De hecho, ella acumula a lo largo de su carrera diferentes ocupaciones ligadas todas con el poder socialista. Ha sido, por ejemplo, jefa de prensa del ex presidente del Congreso, Manuel Marín, amigo personal del periodista del grupo Prisa. De allí se fue a la Casa de América donde se ocupó de la comunicación de los Festivales Vivamérica. Una casualidad más que Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación y amigo también de Valenzuela, a quien colocó como director general de Información Internacional de La Moncloa, fuese entonces el responsable de la institución. En fin, que Manuel Marín es íntimo amigo de Virgilio Zapatero (de hecho, gracias a él trabaja en el campus como profesor visitante) y, según sospecha el director del Diario de Alcalá, no hay que atar muchos cabos para saber por qué la tal Dácil Marín ha acabado su trayectoria en la universidad alcalaína. 

Todo queda entre amigos… Si no fuera porque el director del Diario de Alcalá está dispuesto a remover Roma con Santiago para que este culebrón no pase inadvertido a ojos de la opinión pública. Lo cuenta, de hecho, con pelos y señales en un comunicado que ha enviado a varias redacciones. La jugada ha sido también muy ventajosa para el rector de la Universidad, que desde que ha fichado a su nueva jefa de comunicación ha multiplicado enormemente sus apariciones en el diario El País como firma invitada a la cuarta página de opinión del diario. 

“Por hacer yo mi trabajo como periodista; mi pareja ha perdido el suyo”, se lamenta Naranjo. “Por no hacer el suyo, Valenzuela ha logrado uno que no merecía su mujer”. Y añade: “Sí, yo acuso, y aunque todo esto comience con una injusticia hacia una inocente y con una persecución a un periódico pequeño geográficamente pero enorme en lo profesional, casi me alegro de que haya servido para que, como periodista con la tribuna de la que tantos otros carecen, pueda contarlo y siga investigándolo. Pediría al resto de los medios que hagan lo mismo: lejos de ser una anécdota económica, este tipo de comportamientos retrata a un país capaz de congelar las pensiones a los jubilados mientras quienes deciden algo así no carecen de nada y comen cada día en restaurantes a la carta”. 

Informar con independencia y libertad tiene un precio. A veces muy caro. Y esta historia es uno de esos relatos que explican por qué ir contra la casta reinante puede salir muy caro. El nuevo responsable de la Universidad de Alcalá de Henares, Fernando Galván, socialista de pro y delfín del ex rector Virgilio Zapatero, otro de la causa de Ferraz que ha acabado en nómina de Caja Madrid como vicepresidente, ha cesado de un plumazo a la jefa de comunicación de la Universidad. ¿Un ajuste provocado por la crisis? Peor aún. Una maquiavélica maniobra que le ha servido para quitarse de encima a una díscola colaboradora y enchufar, al mismo tiempo, a la mujer de un amigo. Un amigo que, en este caso, es un conocido periodista de El País y ex fontanero de La Moncloa, Javier Valenzuela, de profesión tertuliano. 

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