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'Trini' apoyó la compra del palacio de Cibeles porque consideraba la Casa de la Villa poco representativa
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'Trini' apoyó la compra del palacio de Cibeles porque consideraba la Casa de la Villa poco representativa

Si Trinidad Jiménez hubiese ganado en mayo de 2003 las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, su despacho también estaría situado en el palacio de Cibeles. Candidata

Si Trinidad Jiménez hubiese ganado en mayo de 2003 las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, su despacho también estaría situado en el palacio de Cibeles. Candidata socialista y prima de Alberto Ruiz-Gallardón, Jiménez lo dejó claro cuando el gobierno municipal de José María Álvarez del Manzano aparcó,  sólo un mes antes de las elecciones municipales, la adquisición del palacio de Telecomunicaciones.

La operación, impulsada por Gallardón para ubicar en un lugar emblemático de la capital su despacho de alcalde, tenía que haberse aprobado en el pleno municipal de abril, último que se celebraba antes de las elecciones. Las discrepancias entre el Ayuntamiento y el Gobierno central -la Dirección general de Patrimonio, dependiente del Ministerio de Hacienda-, sobre el valor del inmueble obligaron a dejar ese punto fuera del orden del día. Con ello, la decisión sobre la compra del palacio se posponía hasta después de las elecciones y quedaba, por tanto, en mano del gobierno que regirían Gallardón o Jiménez.

La medida no fue bien acogida por Inés Sabanés, portavoz municipal y candidata de Izquierda Unida, que consideraba innecesario la compra del edificio. Trinidad Jiménez, por su parte, consideró desorbitadas la cantidad que pedía el Ministerio de Hacienda, pero se alineó con Gallardón, su adversario político, pese a las críticas que levantó desde el primer momento la posible adquisición del palacio.

Durante días los 1.200 empleados de Correos y del Ministerio de Ciencia y Tecnología que trabajaban en Telecomunicaciones se manifestaron en la plaza de Cibeles. Aún así, la candidata socialista reiteró su intención de secundar la propuesta de Gallardón. "Estamos en condiciones, como Ayuntamiento de Madrid, de exigir o pedir que tengamos un edificio suficientemente representativo de nuestro protagonismo en el conjunto de España. No renuncio a nada", afirmó Jiménez cuando trascendió que el último pleno ordinario presidido por Álvarez del Manzano dejaba en suspenso la compra de un inmueble que se ha convertido en el símbolo del despilfarro en la gestión de su sucesor.

De momento, el coste del traslado de la alcaldía al palacio de Cibeles se eleva a más de 510 millones, según datos manejados por el grupo socialista. Sin duda, habrían sido menores con Trinidad Jiménez como regidora.  Sólo el despacho que utiliza actualmente Ruíz-Gallardón –que cuenta con 78 metros cuadrados, con vistas a la mítica fuente de Cibeles- ha costado 24,5 millones de euros, cifras propias de banquero de éxito, totalmente reñidas con la austeridad obligada por la crisis.

Las críticas al traslado de la sede del Consistorio van más allá de los costes. Ángel de la Fuente, ujier del Secretario General del Ayuntamiento y macero durante años en los plenos municipales, lamentaba, tras 48 años al servicio del Ayuntamiento, la decisión de Gallardón: “la Casa de la Villa tiene más historia que el palacio de Correos y para la mayoría de los madrileños será siempre el verdadero Ayuntamiento de Madrid”, decía el día de su jubilación. De todos los alcaldes que ha conocido, considera que Álvarez del Manzano “ha sido el mejor, por su trato y cercanía.”

Si Trinidad Jiménez hubiese ganado en mayo de 2003 las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, su despacho también estaría situado en el palacio de Cibeles. Candidata socialista y prima de Alberto Ruiz-Gallardón, Jiménez lo dejó claro cuando el gobierno municipal de José María Álvarez del Manzano aparcó,  sólo un mes antes de las elecciones municipales, la adquisición del palacio de Telecomunicaciones.