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ZP viaja a Seúl con su claque empresarial, aunque Botín le da calabazas a última hora
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ZP viaja a Seúl con su claque empresarial, aunque Botín le da calabazas a última hora

Parece que la reunión del G20 en Seúl, Corea del Sur, se ha convertido en una especie de Foro de Davos adelantado, ya saben, el aburrido

Parece que la reunión del G20 en Seúl, Corea del Sur, se ha convertido en una especie de Foro de Davos adelantado, ya saben, el aburrido aquelarre empresarial que en la estación alpina suiza del mismo nombre reúne todos los años, a finales de enero, a grandes empresarios mayormente ociosos, dispuestos a aprovechar el evento para esquiar y hacer compras en la famosa Bahnhofstrasse -“one of the world's most expensive and exclusive shopping avenues”, según reza la publicidad del lugar- de Zúrich.

En efecto, siete grandes empresarios españoles acompañan desde ayer a Rodríguez Zapatero a la reunión que el G20 celebra estos días en la capital de Corea del Sur. Nunca había ocurrido nada similar por parte española en lo que al G20 se refiere y desde que España es “más o menos” miembro del citado grupo. ¿A qué se debe semejante despliegue? Caben tres respuestas posibles: los afectados tienen mucho tiempo libre a pesar de la crisis; proyectan arreglar de un plumazo la cuenta de resultados con algún negocio de alto copete; o, simplemente, se trata de hacerle la pelota al presidente del Gobierno.

La génesis del viaje tiene su guasa. En un ya lejano día de junio, uno de los capos presentes en el séquito de ZP recibió una invitación formal del embajador de Corea del Sur en Madrid para asistir, como único empresario español, a las sesiones del G20. Un par de semanas después, en la empresa del aludido se enteraron que también había sido invitado César Alierta, Telefónica al aparato. Normal de necesidad. Y casi con un pie en las vacaciones de agosto, en esa misma empresa recibieron una llamada personal de Elena Salgado invitando, amabilísima ella, al capo en cuestión a viajar a Seúl con la delegación española. El empresario guardó discreto silencio y aceptó encantado.

Pero hace apenas 15 días, cuando La Moncloa hizo pública la lista de gestores dispuestos a viajar con el presidente, los que ya estaban invitados y se sentían especiales se toparon con la desagradable sorpresa de que aquello iba a ser casi una romería…  Y eso que alguno, mayormente ladrillero, se cayó del elenco a última hora, cosa que también ha ocurrido con Florentino Pérez, ¡qué boda sin la tía Juana!, condimento hoy presente en toda salsa española que se precie. Más de uno sospecha que esta sensación de romería está detrás de la decisión de Emilio Botín de apearse de la lista, aunque al final ha tenido a bien enviar al ilustre Manuel Soto en representación del Santander.

Zapatero y su interés por “lo verde”

El elenco español ha quedado finalmente conformado de esta guisa: Antonio Brufau (Repsol); Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola); César Alierta (Telefónica); Rafael del Pino (Ferrovial); José Manuel Entrecanales (Acciona); Francisco González (BBVA), y el citado Soto (Santander). Los cuales repartirán su presencia entre los cuatro seminarios sobre tema económico que, en paralelo a la reunión política, tendrán lugar en la ciudad coreana, centrados en “crisis financiera”, “crecimiento verde”, “comercio internacional” y “responsabilidad social corporativa”, en los que compartirán pupitre con grandes  empresarios de nacionalidades varias.

Los líderes políticos se han comprometido a comparecer y dar la cara en los distintos seminarios para explicar los resultados logrados en la cumbre, si hay alguno. ¿Se imaginan cuál de ellos se ha pedido nuestro carismático líder, el presidente del Gobierno español…? Acertaron. Y es que lo verde, los brotes verdes y el crecimiento verde le molan cantidad, fundamentalmente porque es una materia propicia a la demagogia que, además, permite explayarse de forma campanuda, permite incluso decir unas cuantas tonterías sin necesidad de ser un experto y tener que leerse previamente un par de papers al respecto. Un genio nuestro líder.

Parece que la reunión del G20 en Seúl, Corea del Sur, se ha convertido en una especie de Foro de Davos adelantado, ya saben, el aburrido aquelarre empresarial que en la estación alpina suiza del mismo nombre reúne todos los años, a finales de enero, a grandes empresarios mayormente ociosos, dispuestos a aprovechar el evento para esquiar y hacer compras en la famosa Bahnhofstrasse -“one of the world's most expensive and exclusive shopping avenues”, según reza la publicidad del lugar- de Zúrich.

Emilio Botín César Alierta Antonio Brufau