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Conthe: "El Rey es un funcionario con la suerte de no tener que hacer una oposición"
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Conthe: "El Rey es un funcionario con la suerte de no tener que hacer una oposición"

Genio y figura hasta después de la sepultura. Manuel Conthe ya no tiene ningún cargo público, pero el hombre que provocó un terremoto al dimitir como

Genio y figura hasta después de la sepultura. Manuel Conthe ya no tiene ningún cargo público, pero el hombre que provocó un terremoto al dimitir como presidente de la CNMV en 2007 por los tejemanejes de Carlos Arenillas sigue siendo un raro caso de pensamiento libre en este país nuestro y continúa regalando perlas. Ayer soltó unas cuantas en una conferencia organizada por el Observatorio del Notariado para la Sociedad de la Información, en la que no dejó títere con cabeza.

Empezando precisamente por la cabeza del Estado: "A mi modo de ver, el Rey es un funcionario público, y la única diferencia con un notario o un técnico comercial del Estado es que no le hace falta pasar por una oposición". Pero, a diferencia de tanto descerebrado como anda suelto por España, Conthe no dice las cosas sin pensar, sino dentro de un discurso muy bien armado y con fuerte arraigo intelectual.

En este caso, su referente es el filósofo francés del XIX Benjamin Constant, que defendía la necesidad de que en las democracias existiera un poder moderador y neutral que facilite las relaciones entre los poderes del Estado. "Por absurdo que parezca, ese papel lo puede desempeñar la monarquía hereditaria. Es verdad que no es un sistema lógico de elección, pero se puede tomar como un 'second best', como un mal menor", añadió Conthe.

Dentro de un discurso que versaba sobre la independencia y la imparcialidad de los organismos reguladores -y en el que abogó por suprimir las vicepresidencias ante la carcajada general de los asistentes-, también hubo un recadito para Zapatero al hablar de la gestión de la crisis de la deuda: ""Si el presidente del Gobierno hablara inglés ayudaría a capear el temporal, yo exigiría a cualquier candidato a presidente que hable inglés, lo cual descarrilaría la carrera de alguno, porque el que no se desenvuelva bien en inglés no está capacitado para representar a España en el exterior".

Para compensar -y no hay que olvidar que Conthe siempre ha tenido cargos en Gobiernos socialistas-, también lanzó un par de invectivas contra Rajoy. La primera: "Es absurda la enmienda de un grupo político que propone que los consejeros de los órganos independientes sean nombrados por el Congreso y no por el Gobierno, supone desconocer cuál es la realidad". Y la segunda: "No entiendo que el PP tache de inconstitucional el derecho de veto del Gobierno a las enmiendas que supongan un aumento del déficit público cuando está expresamente recogido en la Constitución".

Hubo estopa también para las cajas de ahorros -"el excesivo afán expansionista de las autonomías ha hecho que sean capturadas por los partidos políticos y que hayan repartido los cargos por acuerdos políticos al margen del gobierno corporativo"- y hasta para los periodistas -"todos los medios de comunicación se proclaman independientes de la mañana, de la tarde o de la noche, aunque todo el mundo sepa que son totalmente partidistas, y he visto a los periodistas acompañar a los políticos y empresarios en grandes viajes al margen de cualquier norma ética"-.

Conthe no se arredra ante ningún tema y siempre procura salirse de lo políticamente correcto. Y a veces se pasa. Por ejemplo, al hablar de la edad de jubilación, soltó que "el hecho de que Marcelino Camacho muriera con 92 años ilustra que hay que alargar la edad de jubilación". No contento con eso, añadió acto seguido que "Oliart (el presidente de RTVE, de 82 años de edad) es un indicio de esta nueva tendencia, hay que arrumbar las prejubilaciones y organizarse para trabajar hasta los 70 años como mínimo, aunque eso requiere un cambio radical de mentalidad". De hecho, su propuesta es que la edad de jubilación debe ser la esperanza de vida en cada momento menos 10 años.

Lo dicho, genio y figura...

Genio y figura hasta después de la sepultura. Manuel Conthe ya no tiene ningún cargo público, pero el hombre que provocó un terremoto al dimitir como presidente de la CNMV en 2007 por los tejemanejes de Carlos Arenillas sigue siendo un raro caso de pensamiento libre en este país nuestro y continúa regalando perlas. Ayer soltó unas cuantas en una conferencia organizada por el Observatorio del Notariado para la Sociedad de la Información, en la que no dejó títere con cabeza.

Manuel Conthe Juan Carlos Navarro CNMV