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Cristina Kirchner inicia su campaña por la reelección con Garzón pero sin Sting
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Cristina Kirchner inicia su campaña por la reelección con Garzón pero sin Sting

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se rodeó de boato y de estrellas de las causas justas para celebrar el multitudinario acto de defensa

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se rodeó de boato y de estrellas de las causas justas para celebrar el multitudinario acto de defensa de los derechos humanos. Una conmemoración que tuvo lugar el pasado viernes en la mítica Plaza de Mayo de Buenos Aires y que supone, a todas luces, el punto de partida de su carrera política hacia la reelección presidencial. Una carrera en la que CFK quiere contar con el apoyo de quien, al otro lado del Océano, es considerado toda una estrella, el magistrado español Baltasar Garzón, amigo personal de la presidenta. 

Muchos huéspedes se quedaron de piedra al ver aparecer por la recepción del hotel Park Tower de Buenos Aires, de la cadena Sheraton, al juez español suspendido recientemente por el Poder Judicial. Vestido de inmaculado atuendo veraniego, poblado el pelo de canas tras los últimos disgustos y, no obstante, con unos kilos de más, el viajero Garzón aterrizó en Argentina para apoyar a la viuda presidenta y, de paso, ser homenajeado por su trabajo a favor “de la verdad y la justicia”. 

Entre abrazos y efusivos saludos, el magistrado era la estrella en el lobby del Park Tower, un escenario que fusionaba, como solo puede hacerse en América Latina, el colorido indigenismo, los profesionales de la reivindicación de derechos ajenos y el establishment politico local. Todo ello, eso sí, con el trasfondo de las imponentes columnas de mármol y la música de piano de un hotel de lujo excepcional.

Lejos del oprobio, castigo y expatriación deshonrosa que sufriera a manos de sus compatriotas, el justiciero global es toda una institución en Argentina, como ha vuelto a quedar de manifiesto. En un acto programado como una maratón festiva, Garzón compartió cartel con Fito Páez y el grupo de Hip Hop Calle 13, que ha precisado que no cobró por ello, aunque aprovechó el acto para presentar su último disco. Estaría feo, tras las cartas del juez a los potenciales patrocinadores de sus charlas en la universidad de Nueva York, preguntar si en esta ocasión ha presentado o no minuta. Aunque seguro que la Kirchner no repararía en gastos. Prueba de ello es que inició negociaciones hace meses con el cantante Sting, otro globalist de las causas más políticamente correctas, que finalmente no pudo estar en tan importante cita. 

Garzón ha compartido galardón, al menos, con otras celebrities de la materia, como el abogado especializado en derechos humanos Martin Luther King III y la alemana Beate Klarsfeld, famosa por sus capturas de criminales nazis ocultos en Latinoamérica tras la II Guerra Mundial. Es curioso que hace aproximadamente justo un año, la ex vicepresidenta María Teresa Fernández De la Vega intentó promover un acto internacional con el mismo asunto (una mera adhesión de España a la declaración de Derechos Humanos). A pesar de que fue aconsejada para hacerlo en Ginebra, la sede oficial de ONU en estos asuntos, De la Vega insistió en que fuera en Nueva York, aduciendo su mayor empaque y visibilidad internacional. 

Los denodados e infructuosos intentos de María Teresa de que primero George Clooney y, después, Nicole Kidman, le escudaran y dieran glamour al evento quedaron en agua de borrajas. Con la misma intención y mejor factura (en tierra peronista la demagogia es un fine art), Cristina Kirchner, con o sin Sting, ha iniciado su carrera a la reelección de la mano de su amigo Garzon y con los derechos humanos, la democracia y el derecho internacional como excusa. Para los que duden de las hechuras y la significación del evento, Manu Chao -epítome universal de la concienciación sobre causas justas- dejó su impronta a través de un vídeo.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se rodeó de boato y de estrellas de las causas justas para celebrar el multitudinario acto de defensa de los derechos humanos. Una conmemoración que tuvo lugar el pasado viernes en la mítica Plaza de Mayo de Buenos Aires y que supone, a todas luces, el punto de partida de su carrera política hacia la reelección presidencial. Una carrera en la que CFK quiere contar con el apoyo de quien, al otro lado del Océano, es considerado toda una estrella, el magistrado español Baltasar Garzón, amigo personal de la presidenta. 

Baltasar Garzón