¡Furor amarillo! Alfonso Cortina se lanza a la conquista de China con su vino manchego

Albricias. El viceprimer ministro chino, Li Keqiang, no sólo ha traído la solución a nuestros problemas de deuda soberana, sino que también va a suponer la panacea a nuestro maltrecho mercado vitivinícola. Así, al menos, lo debe entender Alfonso Cortina, quien pretende expandir sus bodegas por el gigante asiático.

La ecuación es simple: ya que los restaurantes de lujo en España no hacen más que perder comensales y que lo menús de diez euros no se riegan con vino de máxima calidad, mejor coger el petate e irse a un mercado de 1.300 millones de chinos, de los cuales 100 millones son potenciales clientes.

El ex presidente de Repsol es hombre de fina pituitaria y gusto por los caldos. Su afición le ha llevado a tener en propiedad Pago de Vallegarcía, la finca vitícola de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real). Inmerso en la fiebre amarilla que recorre España, Pago de Vallegarcía ha sido una de las seis firmas agroalimentarias españolas que han firmado un contrato con empresas chinas con ocasión de la reciente visita a Madrid del viceprimer ministro Li Keqiang.

Los orígenes de esta bodega se remontan a 1997, cuando Alfonso Cortina de Alcocer encargó al australiano Richard Smart la plantación de un viñedo en la finca Vallegarcía, movido por su afición a los grandes vinos de Burdeos y Borgoña. En 1999 se plantó el primer viñedo, en 2001 obtuvo la primera cosecha y desde 2006 cuenta con instalaciones bodegueras propias. En la actualidad poseen plantaciones de cinco variedades tintas (merlot, cabernet franc, cabernet sauvignon, petit verdot y syrah) y una blanca (viognier).

El director de la bodega, Adolfo Hornos, valoró el acuerdo alcanzado con la empresa china U-trans, que le permitirá multiplicar casi por diez sus envíos a un país en el que apenas llevan comercializando sus productos dos ejercicios. Un movimiento "muy importante" en un contexto de crisis económica en el que las empresas vitivinícolas deben intentar vender fuera para dar salida a sus producciones, ha señalado Hornos a la agencia de noticias Efe.

Este año enviarán a China entre 70.000 y 80.000 botellas y su objetivo es que absorba el 30% de todas las ventas en dos años. La compañía, que cuenta con 31 hectáreas de viñedo, vende actualmente 100.000 botellas, de las cuales la mitad salen fuera de España, y factura alrededor de un millón de euros.