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Nacho Varela, sociólogo de Rubalcaba, da el salto a la Argentina con polémica
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Nacho Varela, sociólogo de Rubalcaba, da el salto a la Argentina con polémica

Que Ignacio Nacho Varela es un sociólogo de éxito muy pocos de sus colegas lo dudan. La prueba está que no ha dejado de trabajar desde

Que Ignacio Nacho Varela es un sociólogo de éxito muy pocos de sus colegas lo dudan. La prueba está que no ha dejado de trabajar desde que se licenció y siempre pastando en el prado del Partido Socialista o, para ser exactos, en un ala del PSOE, la de Alfonso Guerra al principio, y ahora la del poderoso Alfredo Pérez Rubalcaba (APR) y su aliado estratégico, el influyente José Blanco. Suyas son algunas de las encuestas que han causado a los citados más de un sonoro disgusto. Ahora, Nacho Varela se ha internacionalizado y ha pasado a trabajar para el Partido Radical argentino. Y, como el título de la famosa película, con él llegó el escándalo.  

Varela es el responsable de las polémicas encuestas que llevaron a Blanco y Rubalcaba a proponer -y convencer- a Zapatero de la necesidad de descabalgar a Tomás Gómez de la cúpula del PSM, haciendo así añicos a su candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y ello porque, en las encuestas de Varela, al parecer siempre muy al gusto de quien las encarga, Trinidad Jiménez, la protegida de la pareja de marras, salía muy favorecida frente a Gómez. Las correspondientes primarias demostraron lo contrario: que los militantes del PSM prefirieron al de Parla antes que a Trini, cuyos méritos fueron después recompensados con la cartera de Asuntos Exteriores.

Pero éste no ha sido el único clamoroso patinazo del sociólogo. En la memoria de la militancia socialista permanece imborrable el episodio de la elección de Cristina Almeida como candidata a la presidencia de la Comunidad madrileña frente a un Alberto Ruiz-Gallardón que la barrió en las urnas. También era la mejor, en opinión de las encuestas de Varela. Trabajos de campo hizo también Don Ignacio que demostraban que María Teresa Fernández de la Vega, a la sazón vicepresidenta del Gobierno, era la mejor solución para desalojar de una vez de la Comunidad a la pertinaz Esperanza Aguirre. De la Vega no pico ese anzuelo: se dio cuenta de que la jugada pretendida por APR buscaba dejar libre cuanto antes su sillón en Moncloa.

Protegido de Rubalcaba y de Blanco (que quiso nombrarlo consejero de Iberia, a lo que también se opuso Gómez, que prefirió a Javier Gómez Navarro), el chiringuito de Varela es todo un éxito, modesto, desde luego, pero éxito al fin y al cabo, “porque sigue facturando a diestra y siniestra” –en opinión de un militante del PSM- a pesar de los resbalones comentados. La novedad estriba en que el negocio de Nacho Varela se ha internacionalizo. El sociólogo ha dado el salto a la Argentina, donde sus famosas encuestas prometen hacer época.

Encuesta fácil y a la medida

En efecto, la Unión Cívica Radical (UCR), partido socialista argentino, ha decidido celebrar el próximo 30 de abril “una elección interna abierta y con fiscales independientes”, a la que van a concurrir el diputado Raúl Alfonsín, hijo del ex presidente del mismo nombre, y el senador Ernesto Sanz, que es precisamente quien ha contratado los servicios de Nacho Varela. La decisión del 30 de abril no será decisiva, porque sobre ambos planea la sombra de Julio Cobos, actual vicepresidente argentino, que ha declinado competir en “la interna de la UCR”, con idea de participar el próximo 14 de agosto en las abiertas reglamentadas por ley, aunque el partido aún confía en convencerlo y sumarlo a cita de abril.  

La intención de los rectores de la UCR es que en las primarias del día 30 participen no solo los afiliados, sino los simples votantes del partido. Quienes en el Partido Radical argentino apoyan a Sanz están encantados con su incorporación de Varela como asesor foráneo a esta campaña. Las primeras encuestas del sociólogo no pueden ser más favorables para sus intereses: ¡Sanz simplemente arrasa! Está por ver si el 30 de abril se cumplen las expectativas o, como ha ocurrido en España, la realidad, tozuda, vuelve a darle la espalda. “Es el riesgo de la encuesta fácil y a la medida”, sugieren con malicia en la sede del PSM.

 

Que Ignacio Nacho Varela es un sociólogo de éxito muy pocos de sus colegas lo dudan. La prueba está que no ha dejado de trabajar desde que se licenció y siempre pastando en el prado del Partido Socialista o, para ser exactos, en un ala del PSOE, la de Alfonso Guerra al principio, y ahora la del poderoso Alfredo Pérez Rubalcaba (APR) y su aliado estratégico, el influyente José Blanco. Suyas son algunas de las encuestas que han causado a los citados más de un sonoro disgusto. Ahora, Nacho Varela se ha internacionalizado y ha pasado a trabajar para el Partido Radical argentino. Y, como el título de la famosa película, con él llegó el escándalo.  

Alfredo Pérez Rubalcaba