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Lucha fratricida entre Intereconomía y 13TV: lo que une el Papa lo separa Rouco
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Lucha fratricida entre Intereconomía y 13TV: lo que une el Papa lo separa Rouco

La guerra mediática por las audiencias entre dos TDT “hermanas en la fe” no ha hecho nada más que empezar, aunque la procesión viene de lejos.

La guerra mediática por las audiencias entre dos TDT “hermanas en la fe” no ha hecho nada más que empezar, aunque la procesión viene de lejos. Julio Ariza siempre quiso tener mando en plaza en la cadena COPE -donde tiene un porcentaje escasamente significativo- y maniobró con los obispos, especialmente con Antonio María Rouco Varela, el gran factótum de la Iglesia en España, para tomar el control de la cadena de emisoras. Pero las relaciones entre “Don Antonio” y el editor nunca han sido especialmente fluidas, muy especialmente por la desconfianza que el empresario navarro produce en el cardenal de Madrid. Esa influencia, por ejemplo, le impidió editar la edición en español de L´Osservatore Romano que finalmente fue a parar al Grupo Lara y, en concreto, al diario La Razón.

Al parecer, las relaciones personales entre Ariza y el actual presidente de COPE, Francisco Jiménez Barriocanal (con Alfonso Coronel de Palma era cosa distinta), tampoco son óptimas, ni con ninguno de sus dirigentes, entre ellos Rafael Pérez del Puerto, el “eterno” de la cadena católica donde lleva más de medio siglo apoltronado. Para estos ejecutivos episcopales, la línea de Intereconomía y sus medios está alejada de la moderación y ponderación que una mayoría de obispos españoles quiere imprimir a los suyos.

Rouco -como ha demostrado en la reciente visita del Papa a Madrid- es especialista en poner una vela a Dios y otra al gobierno de turno, según conveniencias y circunstancias concretas. Pero lo que realmente desató las hostilidades -dentro de un orden porque Ariza presume de ser católico, apostólico y romano- fue la idea de hacer la competencia a Intereconomía desde parecidos postulados y similar programación antisocialista en 13TV, donde hace pocos meses la Conferencia Episcopal tomó la mayoría.

Competir en audiencias "en vez de administrar los sacramentos"

13TV es una ruina económica, pero Jiménez Barriocanal convenció a los obispos en el sentido de que la Iglesia católica no puede estar en estos momentos sin una televisión en España. Porque esta TDT -por la que pagan a Unedisa la friolera de 5,5 millones de euros anuales por el alquiler de la licencia- viene a competir directamente con la de Ariza, que no entiende cómo los obispos se “dedican a estas cosas en lugar de estar administrando los sacramentos…”.

La competencia es feroz. Hace unos días, a sólo unas horas de que Benedicto XVI abandonara España tras participar en la JMJ, 13TV daba a conocer una eufórica nota donde subrayaba el éxito sin precedentes de audiencia conseguida con las retransmisiones durante 24 horas de este cónclave católico en la capital de España. Y hacía especial mención a Intereconomía, presumiendo de haberle doblado o triplicado en audiencia. La nota era especialmente soberbia y despectiva -en cualquier caso muy poco caritativa- hacia la casa de Julio Ariza, quien se queja amargamente de la escasa entrada que le dan en su Iglesia. Normalmente, durante el curso pasado Intereconomía TV hacia un “share” medio diario del 1,1 o 1,2, mientras 13TV apenas se acercaba al 0,5%.

Junto con la más que probable fusión de La Sexta y Antena 3 (más bien absorción por parte de Lara del invento ruinoso de Jaume Roures), la lucha entre Intereconomía y 13TV se presenta como uno de los puntos con más morbo de la actualidad mediática.

Como se comenta en el mundillo, “sotanas puras y duras contra movimientos organizados de militantes católicos de diferentes adscripciones”. Barriocanal contra Ariza. El mando tiene la palabra.

La guerra mediática por las audiencias entre dos TDT “hermanas en la fe” no ha hecho nada más que empezar, aunque la procesión viene de lejos. Julio Ariza siempre quiso tener mando en plaza en la cadena COPE -donde tiene un porcentaje escasamente significativo- y maniobró con los obispos, especialmente con Antonio María Rouco Varela, el gran factótum de la Iglesia en España, para tomar el control de la cadena de emisoras. Pero las relaciones entre “Don Antonio” y el editor nunca han sido especialmente fluidas, muy especialmente por la desconfianza que el empresario navarro produce en el cardenal de Madrid. Esa influencia, por ejemplo, le impidió editar la edición en español de L´Osservatore Romano que finalmente fue a parar al Grupo Lara y, en concreto, al diario La Razón.

Papa Benedicto XVI Antonio María Rouco Varela