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Pepiño Blanco se guisa su futuro con Zaplana y con banqueros de inversión
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Pepiño Blanco se guisa su futuro con Zaplana y con banqueros de inversión

A José Blanco le quedan dos telediarios. Incluso se podría decir que la carta de ajuste, como se dice popularmente. El ministro de Fomento tiene claro,

A José Blanco le quedan dos telediarios. Incluso se podría decir que la carta de ajuste, como se dice popularmente. El ministro de Fomento tiene claro, como el resto del PSOE, que el 21 de noviembre saldrán del Gobierno. Por ese motivo es aconsejable empezar a buscarse un acomodo, ya sea de asesor –Aznar en Endesa-, consejero –Felipe González en Gas Natural- o similar. Algo que no obligue a muchos esfuerzos y que permita exponer la sabiduría adquirida (sic) en estos ocho años de gestión al frente del Ejecutivo.

Y en eso andaba el pasado lunes el político gallego, que se fue a comer a uno de esos restaurantes de moda de Madrid, la Manduca de Azagra, en la calle Sagasta, especialmente frecuentado por socialistas de renombre. El corresponsable de la quiebra de las autopistas de peaje de España se sentó en la mesa con Javier de Paz, el gran amigo de Zapatero, a quien el presidente le encontró cobijo en Telefónica.

Curiosamente, Blanco entró del brazo (literal) de Eduardo Zaplana, otro ex ministro, en este caso del PP, también en nómina de la empresa de telecomunicaciones. Un restaurante, de esos con platos reservados para paladares exquisitos, como los pimientos al cristal, donde el cubierto sale a 70 euros por barba. Ya saben, en línea con la austeridad que se pide a los ciudadanos para salir de la crisis.

Es público que Zaplana y Paz, pese a sus opuestas creencias políticas, frecuentan los mesones cinco estrellas, pero se desconocía que el expresidente de la Generalitat tuviera tanta afinidad con Blanco. Además, ese día Pepiño coincidió en dicha taberna de postín con varios banqueros de inversión. Allí estaban el presidente de Morgan Stanley, Luis Isasi, con su mano derecha, Joaquín Arenas, reunidos con Emilio Ontiveros, uno de los economistas más reconocidos del país, consejero de numerosos empresas y asesor de muchas cajas de ahorros.

En otra mesa se encontraban Pablo Lladó, director de mercados de capitales de Calyon, compartiendo mantel con Luis Ordóñez, uno de los banqueros de inversión más importantes de Banco Santander. Curiosa pareja si se tiene en cuenta que Chevreux, el broker de Calyon, ha sido el que más acciones ha comprado de Repsol desde que comenzó el asalto de Sacyr a la petrolera, maniobra que cuenta con el apoyo de la entidad que preside Emilio Botín.

Un cóctel explosivo con tanto comensal especialista en intrigas políticas y financieras.

A José Blanco le quedan dos telediarios. Incluso se podría decir que la carta de ajuste, como se dice popularmente. El ministro de Fomento tiene claro, como el resto del PSOE, que el 21 de noviembre saldrán del Gobierno. Por ese motivo es aconsejable empezar a buscarse un acomodo, ya sea de asesor –Aznar en Endesa-, consejero –Felipe González en Gas Natural- o similar. Algo que no obligue a muchos esfuerzos y que permita exponer la sabiduría adquirida (sic) en estos ocho años de gestión al frente del Ejecutivo.