Es noticia
Botín en el hospital Quirón y Fainé, en el hospital de la CECA
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

Botín en el hospital Quirón y Fainé, en el hospital de la CECA

Los grandes banqueros del Reino acudieron ayer a los doctores para tratarse los males que les afligen, que últimamente no ganan para disgustos, aunque en algunos

Los grandes banqueros del Reino acudieron ayer a los doctores para tratarse los males que les afligen, que últimamente no ganan para disgustos, aunque en algunos casos son males del cuerpo y en otros del alma. Entre los primeros está Emilio Botín. Los pacientes que ayer pululaban por el hospital Quirón, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), no daban crédito cuando se percataron de que el hombrecillo ataviado con un chubasquero rojo chillón con la leyenda "Scuderia Ferrari" en su espalda y unas deportivas Nike era el 'number one' de la banca patria. Los dos guardaespaldas de talla XL perfectamente trajeados que le escoltaban lo confirmaban.

Así, vestido como si fuera uno más de los tifosi de Fernando Alonso y mezclándose con la plebe en el ascensor, acudía don Emilio a que le revisaran los achaques inevitables a ciertas edades, que ni siquiera el dinero puede impedir los efectos del paso del tiempo. Eso sí, se le ve en forma y sigue sin pensar en la sucesión al frente del Santander. Si pasa por fin el cáliz de las cuentas ocultas en Suiza, Botín padre seguirá al frente del banco mientras el cuerpo aguante, de ahí la necesidad de cuidarlo.

Mientras eso ocurría, Isidre Fainé, presidente de La Caixa, buscaba consuelo en sus colegas de las cajas, todo ellos afligidos por unas penas del alma que a Botín le afectan bastante menos. La reunión del consejo de la CECA que se celebró también ayer parecía un auténtico funeral por culpa de las brutales provisiones que exige el nuevo Real Decreto aprobado por el Gobierno el viernes pasado. Si el primer 'plan de Guindos', el de febrero, ya las dejaba con el agua al cuello, el segundo las deja varios metros por debajo de la superficie.

"Si llegamos a saber esto, no nos fusionamos", era la cantinela que más se escuchaba entre los prebostes del cajerío. Porque ahora la propia Caixa tendrá que 'comerse' las provisiones de Banca Cívica, lo que hará casi imposible que esquive las pérdidas este año, Unicaja tendrá que hacer lo propio con las de Caja España-Duero e Ibercaja con las de Caja3. Por no hablar de Bankia, claro, que ayer no mandó a ningún representante a la reunión porque Goirigolzarri estaba arengando a sus huestes para salir de ésta con el manido "sí se puede".

También hay otros que aplican su propia terapia para curar sus males. Es el caso del número dos del sector por tamaño, Francisco González, que ayer por la tarde mandó a su casa a un histórico del BBVA, José Barreiro, por el incumplimiento de los sueños de grandeza de la entidad en banca mayorista. Y mientras tanto, el hombre al que echó en 2009 por aspirar a sucederle está llenando Bankia de ex BBVAs dispuestos a batirse el cobre y a demostrar su valía a su antiguo jefe.

Los grandes banqueros del Reino acudieron ayer a los doctores para tratarse los males que les afligen, que últimamente no ganan para disgustos, aunque en algunos casos son males del cuerpo y en otros del alma. Entre los primeros está Emilio Botín. Los pacientes que ayer pululaban por el hospital Quirón, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), no daban crédito cuando se percataron de que el hombrecillo ataviado con un chubasquero rojo chillón con la leyenda "Scuderia Ferrari" en su espalda y unas deportivas Nike era el 'number one' de la banca patria. Los dos guardaespaldas de talla XL perfectamente trajeados que le escoltaban lo confirmaban.

Isidre Fainé Emilio Botín