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La crisis y Montoro ponen en peligro las monterías españolas... y las cacerías africanas
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La crisis y Montoro ponen en peligro las monterías españolas... y las cacerías africanas

Cuentan los monteros que en todos los sectores pasa lo mismo. Las monterías caras (a partir de 3.000 euros) parece que se han salvado este año

Cuentan los monteros que en todos los sectores pasa lo mismo. Las monterías caras (a partir de 3.000 euros) parece que se han salvado este año de la quema de la crisis pero aquellas que se celebran en los términos municipales de los pueblos o las manchas que tienen arrendadas algunos particulares, se las ven y se las desean para conseguir llenar el cupo de cazadores. Con todo, aseguran que ya no se caza con la alegría de antes, cuando la gente pagaba la actividad cinegética a tocateja y había muchos constructores que disfrutaban con este deporte de reyes pues ellos procedían de pueblos cazadores.

Se caza la mitad que antes, aseguran, y los que no son auténticos enfermos de este deporte han decidido colgar la escopeta o el rifle este año (y ya van varios) en pos de otras actividades más baratas.

El sector se queja también de que la Administración, y Montoro a la cabeza con su afán por obtener recursos para Hacienda, tampoco ha favorecido la actividad. Inspectores de trabajo de Andalucía, por ejemplo, se han presentado en las juntas (donde se reúnen los cazadores antes de empezar la jornada) para ver si los rehaleros estaban dados de alta en la Seguridad Social. También se está investigando mucho entre el mundo de los taxidermistas para saber si todos tenían las licencias de trabajo correspondientes y declarada a Hacienda su actividad laboral. 

En su afán recaudador se está detrás también de los brokers de safaris para saber quién suscribe las partidas de caza internacionales (África o animales exóticos en Asia o América) para descubrir a defraudadores o a grandes patrimonios que aún están por aflorar. Más allá de los cites, los permisos exigidos para abatir y poseer determinados trofeos, se busca saber quién se puede gastar tantos miles de euros en suscribir los paquetes cinegéticos, pues Hacienda quiere tener a todo el mundo controlado.

Con esta situación, el sector vive muy pendiente de la posible privatización de fincas y áreas de caza pertenecientes a las Comunidades Autonómas que en Valencia y Castilla la Mancha ya se han anunciado, aunque de momento poco se sabe. La intención pública es obtener recursos por parte de esas regiones, pero tampoco nadie quiere hacer movimientos ya que determinados grupos políticos y sociales están detrás de este asunto para saber si, al final, las fincas van a acabar en manos de determinados ‘amiguetes’ y a un precio de ganga. 

Cuentan los monteros que en todos los sectores pasa lo mismo. Las monterías caras (a partir de 3.000 euros) parece que se han salvado este año de la quema de la crisis pero aquellas que se celebran en los términos municipales de los pueblos o las manchas que tienen arrendadas algunos particulares, se las ven y se las desean para conseguir llenar el cupo de cazadores. Con todo, aseguran que ya no se caza con la alegría de antes, cuando la gente pagaba la actividad cinegética a tocateja y había muchos constructores que disfrutaban con este deporte de reyes pues ellos procedían de pueblos cazadores.

Cristóbal Montoro