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Por qué el 'hall' de las Torres Kio está más abarrotado que Las Ventas con José Tomás
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Por qué el 'hall' de las Torres Kio está más abarrotado que Las Ventas con José Tomás

Las colas se han convertido en algo habitual en las enhiestas Torres Kio que se elevan en Plaza Castilla. No se trata de que la multitud

Las colas se han convertido en algo habitual en las enhiestas Torres Kio que se elevan en Plaza Castilla. No se trata de que la multitud proteste por las preferentes ni tampoco de una concentración de hombres de negro enviados por la troika. No, la explicación de que el hall de la sede de Bankia esté más abarrotado que la plaza de Las Ventas cuando torea José Tomás tiene que ver con el brutal ajuste puesto en marcha por el banco.

Además de la acelerada venta de activos acometida en los últimos meses (se ha deshecho de su participación en IAG y ha vendido el City National Bank de Florida), además del cierre de oficinas (ya van por 800), uno de los ejes principales en torno a los que gira su estrategia de viabilidad es el recorte de plantilla. Y como no podía ser de otra forma, dentro de los 4.800 puestos de trabajo de los que van a prescindir se encuentran también los de atención a las visitas, ya saben, esas amables señoritas que te tomaban nota del DNI, te conducían al ascensor e incluso te indicaban cómo llegar al despacho del Sr. X.

Ahora ya no hay Sr. X ni tampoco señoritas de amable sonrisa que atiendan las visitas. Bueno, en realidad sí las hay… pero apenas un par. Antes, en la etapa de Rato y de las OPV fallidas, había casi una docena. Prácticamente un ejército. Pero ya no… sólo dos trabajadoras se tienen que bastar para atender a la ristra de hombres trajeados que acuden hasta la sede de Caja Madrid para hacer negocio con los retales en venta de la entidad de Goirigolzarri.

Lo dicho: hay que hacer cola para tomar el ascensor y esperar a que haya uno vacío para subirse. Desde que uno aparca en el garaje hasta que llega a la planta noble, casi quince minutos de reloj. Y ni torea José Tomás en Las Ventas ni Julio Iglesias actúa en el Calderón. Con suerte, lo más que te puedes encontrar allí es a uno de los discípulos de Olli Rehn

  

Las colas se han convertido en algo habitual en las enhiestas Torres Kio que se elevan en Plaza Castilla. No se trata de que la multitud proteste por las preferentes ni tampoco de una concentración de hombres de negro enviados por la troika. No, la explicación de que el hall de la sede de Bankia esté más abarrotado que la plaza de Las Ventas cuando torea José Tomás tiene que ver con el brutal ajuste puesto en marcha por el banco.