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La sospechosa fiesta millonaria en honor a El Greco
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La sospechosa fiesta millonaria en honor a El Greco

La sospecha de opacidad se revela cuando la transparencia se cacarea como premio y virtud. Es así como se llega a saber de lo que se

La sospecha de opacidad se revela cuando la transparencia se cacarea como premio y virtud. Es así como se llega a saber de lo que se carece, que dice el refranero español. El primer contrato de licitación que ha cerrado la Fundación Greco 2014, para cubrir la producción, el diseño, montaje, mantenimiento y desmontaje de las dos exposiciones de los festejos que honrarán al maestro griego en el cuarto aniversario de su muerte, se ha disparado a la sorprendente cantidad de dos millones de euros. Un millón por exposición no lo han visto ni en las más sonadas del Prado.

Las dos muestras son El Griego de Toledo, comisariada por Fernando Marías, y El Greco: Arte y Oficio, comisariada por Leticia Ruiz, que se instalarán en la planta baja del Museo de Santa Cruz y pequeñas partículas de estas en los llamados “espacios Greco”: Hospital Tavera, Capilla de San José, Convento de Santo Domingo el Antiguo, Iglesia de Santo Tomé y Sacristía de la Catedral de Toledo. El transporte de las obras de arte se excluye de este concurso, porque será objeto de otra oferta.

En el territorio Cospedal, el presidente de la Fundación Greco 2014, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis marqués de Marañón –conocido en las desastrosas cuentas del Teatro Real-, resolvió quince días después de colgar -o enterrar, según los criterios de publicidad de cada cual- de la página web del evento (http://elgreco2014.com/index.html) el anuncio de la abultada oferta.

Todo en quince días

Las empresas que quisieron optar a quedarse con el sabroso contrato, resolvieron en dos semanas el proyecto más caro jamás convocado, tal y como aseguran a este periódico fuentes del sector. Nunca, entre todos los museos españoles que sacan a concurso sus exposiciones, se había convocado una cantidad tan alta por dos muestras de este tipo. La adjudicación la decide un jurado que valora y puntúa del uno al treinta las virtudes de las propuestas, un proceso susceptible de parcialidad.

¿Qué ocurre cuando publicas una licitación escondida en una página web por valor de dos millones de pesetas con un plazo de 15 días? Lo siguiente: “Una vez cerrado el plazo de admisión de propuestas para el proceso de referencia, el día 5 de julio de 2013, se ha recibido en esta Fundación, la documentación de la siguiente empresa: Empty, S. L.”, se puede leer en el acta de admisión de propuestas. Empty S.L. se quedó con todo. El jurado no tuvo mucho problema para decidir. La buena fe obliga a pensar que dicha sociedad actualizaba varias veces a la hora la página oficial del Greco 2014 por si las moscas. Una vez apareció la convocatoria, en 15 días levantaron un proyecto de la nada para vencer la licitación más abultada a la que jamás se concurrió.

Tal y como se establece en las normas de contratación realizadas por la propia Fundación, sólo los contratos iguales o superiores a 5.000.000 de euros estarán sujetos a una regulación armonizada, es decir, controlados por las cuentas del Estado y convocados en el BOE o en el DOUE. La cantidad es tan alta como para no tener que llegar nunca a apelar a estos organismos y decidirlo todo de puertas adentro, en la Fundación.

La sospecha de opacidad se revela cuando la transparencia se cacarea como premio y virtud. Es así como se llega a saber de lo que se carece, que dice el refranero español. El primer contrato de licitación que ha cerrado la Fundación Greco 2014, para cubrir la producción, el diseño, montaje, mantenimiento y desmontaje de las dos exposiciones de los festejos que honrarán al maestro griego en el cuarto aniversario de su muerte, se ha disparado a la sorprendente cantidad de dos millones de euros. Un millón por exposición no lo han visto ni en las más sonadas del Prado.