Rato y Arenas se esconden bajo la visera en un hotel de lujo

Javier Arenas trató este verano de recuperar su dolce vita en un hotel de lujo. Tras ser abucheado a las puertas de la Audiencia Nacional en su declaración ante el juez Ruz, el dirigente popular tuvo que calmar sus nervios. Para ello eligió, un año más, el hotel Dos Mares de Tarifa, refugio ideal para tirarse una semana a cuerpo de rey.

Este recodo privilegiado de la costa gaditana fue también compartido en el estío por otro compañero de filas, Rodrigo Rato, el cual aprovechaba la caída del día para practicar yoga y así coger fuerzas para el otoño caliente que se le viene encima. Los que le vieron por allí dicen que se pasó la mayoría del tiempo camuflado debajo de una generosa visera y que nunca hablaba con nadie. Únicamente se le veía con papeles yendo de un lado para otro.

El exministro popular, antes de dirigirse a Asturias, donde eligió Gijón para otros días de asueto, optó por el remanso del Dos Mares. Desde que Rato fichó como asesor de Telefónica, se ha dejado ver menos tras su imputación por la gestión de Bankia.

Javier Arenas, que es 'menos de papeles', optó por matar sus demonios dando raquetazos en la pista de pádel del recinto hotelero. También se escondía bajo su gorra mientras su esposa Macarena, el culmen de la discreción, se daba largos paseos por la playa de Valdevaqueros, que cada vez tiene menos arena por eso de que la mandan al ‘enemigo’ gibraltareño.

Entre apuntes de facturas, Arenas intentaba desembarazarse del juez Ruz consciente de que, al amparo de la luz de Tarifa, todo luce mejor.