El consejero de Santander, Javier Marín, y su apoyo al sector del taxi londinense

Sitúense en uno de los mejores centros de convenciones en uno de los barrios más exclusivos de Londres. Algo más de cuatrocientos de los mayores inversores del mundo debatiendo sobre sus negocios en la Merrill Lynch Financials Conference. Sobre la mesa, el buen hacer de los mercados en las últimas fechas, losrecuerdos del "hace un año estábamos mucho peor" ycuáles son las mejores oportunidades de aquí y allá a las que apuntar con vistas al próximo año. Entre el gentío, un rostro conocido: el de Javier Marín, consejero delegado de Banco Santander.

La cita era la idónea para contar con su presencia. El interés de muchos de los asistentes radicaba en la situación que atraviesan los bancos españoles, uno de los sectores que ha acumulado mayor revalorización en la Bolsa española en el último trimestre. Y en estas, Javier Marín despachaba con unos y otros como pez en el agua, repartiendo sonrisas entre los asistentes y presumiendo (hace años que no había motivos para ello) de que lo peor ha quedado atrás para el sector financiero patrio.

La jornada se extendía y aquellos asistentes que necesitaban un respiro salían a las inmediaciones del centro de convenciones para echar el cigarro (puro en varios casos) de rigor. En un momento dado, apareció por la puerta Javier Marín con clara intención de abandonar el lugar. Hasta aquí todo normal. Lo que ya no lo fue tanto es que Marín, brazo en alto, parara a un taxi que pasaba por allí, se montara en su interior y se alejara en segundos.

Tras su marcha, los comentarios se repetían a la entrada del edificio. ¿Dónde estaba su chófer? ¿Acaso no llegó al acto en coche oficial? ¿Cómo alguien de su posición se movía en uno de esos característicos vehículos color negro que inundan las calles de Londres? Preguntas sin respuesta. Tal vez Javier Marín quería predicar con el ejemplo y demostrar que se ha abierto una nueva época por estas tierras en la que nos tomamos muy en serio los preceptos de austeridad, sencillez y control del gasto.