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La Ley de Cajas en ascuas y a Pujalte se le pasa el arroz
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La Ley de Cajas en ascuas y a Pujalte se le pasa el arroz

El proyecto de Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias empieza a ser lo más parecido al cuento de nunca acabar, dado ese juego de

El proyecto de Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias empieza a ser lo más parecido al cuento de nunca acabar, dado ese juego de toma y daca que se trae el Ministerio de Economía con la troika, por un lado, y el resto de grupos parlamentarios por otro. Entre medias, los principales ‘cajeros’ del Reino no saben todavía con qué carta quedarse: si deberán apostar por las fundaciones o ajustar el control de sus sillones de mando en los flamantes bancos creados a raíz de la gran reforma financiera.

El texto legislativo aprobado este verano por el Gobierno tiene que dar todavía muchas vueltas en la sartén parlamentaria o, al menos, eso se deduce de la batería de enmiendas con que se han despachado a gusto los padres de la Patria. Todos los grupos políticos han intentado arrimar el ascua a su sardina, ajustando los términos de sus propuestas a las indicaciones del equipo que dirige el ministro Luis de Guindos.

El enjuague de siempre está justificado en parte porque el Partido Popular tiene esta vez que nadar y guardar la ropa, evitando cualquier suspicacia que pueda soliviantar a los vigilantes de la playa financiera. En definitiva, si el Gobierno no cierra un pacto previo con los hombres de negro será imposible e impensable que ninguna de las enmiendas adquiera plena carta de naturaleza en los debates que todavía deben desarrollarse tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado.

Dentro de este trasiego de intereses encontrados no es de extrañar que los diputados que representan al partido en el poder hayan empezado a sentirse mareados de tanto ir y venir al Ministerio de Economía. De otra forma no se explica que al portavoz Vicente Martínez-Pujalte se le pasara materialmente el arroz cuando el pasado jueves se presentó en el registro de la Cámara Baja con las enmiendas del Partido Popular bajo el brazo. Algunas entraron a tiempo, las más; pero otras se quedaron en puertas y ahora habrá que introducirlas con calzador vía acuerdos transaccionales.

Está visto que el juego parlamentario para da esto y mucho más, pero las señorías del PP deberían andar un poco más raudos, quizá más despiertos, dada la trascendencia de una regulación que es básica para finiquitar de una vez para siempre el viejo y gastado modelo de cajas de ahorros en España.

El proyecto de Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias empieza a ser lo más parecido al cuento de nunca acabar, dado ese juego de toma y daca que se trae el Ministerio de Economía con la troika, por un lado, y el resto de grupos parlamentarios por otro. Entre medias, los principales ‘cajeros’ del Reino no saben todavía con qué carta quedarse: si deberán apostar por las fundaciones o ajustar el control de sus sillones de mando en los flamantes bancos creados a raíz de la gran reforma financiera.

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