Humo negro a diario en la sede del ministerio más verde del Gobierno

La exigencia del invierno ya está presente. Cada mañana, una columna de humo negro se abre paso hacia el cielo madrileño desde el corazón desde las inmediaciones de la Glorieta de Atocha. El edificio que sirve de sede al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, el majestuoso Palacio de Fomento, cuenta con más de 150 años de historia y un sistema calefactor algo desfasado.

La necesidad de encender sus viejas calderas calefactores hace que cada amanecer, la Plaza del Emperador Carlos V se tiña del negro carbonos que desprende la chimenea del señorial inmueble, levantado en 1856 como original Ministerio de Fomento. El paso del tiempo, sin embargo, no ha permitido que todos los avances posibles eliminen esa vieja práctica en pleno corazón de Madrid.

A pesar de tratarse de la sede del ministerio más verde del Gobierno, la chimenea que se levantó a principios del siglo XX para dar salida a los humos de la calefacción, una estilizada torre de ladrillo con gran diversidad de elementos decorativos, sigue operativa a pleno rendimiento. Los estándares de certificación energética todavía no están habilitados en el inmueble que ahora ocupa Miguel Arias Cañete.

Cada mañana, el humo negro de Agricultura y Medio Ambiente puede divisarse sin problema desde lugares próximos como el Congreso de los Diputados. Resulta paradójico como el celo administrativo para controlar y sancionar emisiones contaminantes de terceros es tan poco severo a la hora de servir con el ejemplo, aunque como en este caso proceda de una de joya arquitectónica de la capital.