Un casino, una estrella Michelin y ocio para adultos en el corazón de Madrid

Madrid tiene nuevos espacios de moda. En sólo siete días, los casinos de Torrelodones y Aranjuez estrenan sus nuevas sucursales en el corazón de la capital. La llegada de Eurovegas hizo que la Administración modificara el marco normativo para que ambos operadores pudieran desembarcar con sus mesas de juego y ruletas. Sin embargo, el destino ha querido que su estreno coincida con la espantada del magnate estadounidense Sheldon Adelson.

El primero en abrirse paso ha sido Torrelodones. Su nueva sede está ubicada en un edificio emblemático de Colonial entre los números 37 y 41 del Paseo de Recoletos. Los mil metros cuadrados destinados al juego se acompañan además de un espacio gastronómico de postín, servido por los hermanos Sandoval, propietaria del Restaurante Coque, la enseña familiar levantada en el municipio de Humanes galardonada con una estrella Michelín.

La oferta gastronómica, con una cuidada carta de tapas y una bodega selecta, está completada con productos premium y una coctelería pensada para aprovechar el fenómeno afterwork. Sin embargo, el secreto de Torrelodones pasa por un reservado especial en la primera planta, con acceso directo del parking, para que los clientes vips accedanal local sin ser vistos y disfruten de la discreción que exigen para su esparcimiento secreto.

A partir de ahora, el concurrido restaurante Ten Con Ten, al otro lado de la plaza de Colón, tiene un competidor directo con la cocina de los Sandoval. Sin embargo, la oferta gastronómica de Columbus tiene el gancho del casino y la vecindad puerta con puerta del Hot, uno de los showgirls más conocidos de la capital. Esta combinación triangular puede causar estragos en la oferta de ocio adulto que se desarrolla en torno a ese eje exclusivo de Madrid.

Por su parte, el Casino de Aranjuez ocupa ya un refinado edificio en el número 24 de la Gran Vía, alquilado hasta ahora por el Ayuntamiento de Madrid. Esta sucursal se despliega en otra arteria de gran afluencia de público, con mucha presencia de turistas, en las inmediaciones de una zona de gran ambiente de ocio nocturno. Esta llegada de mesas de juego permitirá que las noches madrileñas cierren un poco más tarde, aunque con fichas de por medio.