Cardenal y Tebas dan forma a un extraño matrimonio deportivo

Miguel Cardenal y Javier Tebas se han convertido en inseparables. Amigos para siempre. El presidente del Consejo Superior de Deportes ha apostado firmemente por la doctrina del jefe de la Liga de Fútbol Profesional, tal y como demuestra la estrecha colaboración de Tebas en la elaboración de la próxima ley del deporte profesional y en otros muchos asuntos. Se entienden al ciento por ciento, circunstancia que sorprende en algunos sectores del deporte español. El nombramiento de Manuel Quintar como ejecutivo de la LFP ha sido el último movimiento inesperado entre ambas entidades, una de carácter público y la otra, privado.

La semana pasada ambos presentaron en la sede del CSD la LFP World Challege, como antes habían acudido a la comida de Navidad de la Federación Española de Fútbol (RFEF) o a la Gala del Comité Olímpico Español. Este martes dieron un paso más en mostrar ese entendimiento que es público y notorio, y que en todo momento demuestra que LFP y CSD van de la mano. Y lo hicieron con el nombramiento de Manuel Quintanar como director de Integridad del fútbol profesional, dejando el cargo de director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte. Quintanar tan sólo ha durado dos meses al frente de la AEPSAD, puesto al que llegó procedente de la delegación de Gobierno de Madrid.

Sin embargo, esta predilección por Tebas no es bien vista en la RFEF. Diferentes declaraciones, movimientos en procesos electorales y alguna que otra denuncia presentada contra directivos de Villar han motivado un distanciamiento que no parece tener vuelta atrás. De hecho, y gracias a esta relación, Juan Padrón, uno de los hombres fuertes de la RFEF, cuestionó la gestión de Cardenal y pidió todas las gestiones posibles para la no renovación en el CSD de su actual ocupante.

Hoy en día, la relación de Tebas con dirigentes federativos atraviesa uno de sus peores momentos, así como la de Cardenal por su proximidad al presidente de la LFP. Cardenal formó parte del Comité de Competición de la RFEF.

Además, no hay que olvidar lo sucedido con el asunto del tenista Guillermo Olaso y su caso de amaño de partidos, circunstancia denunciada por Olvido Aguilera, miembro del Comité Femenino de la ITF, en la que Cardenal no notificó a la RFET la existencia de un procedimiento abierto contra el citado jugador. Tebas, adalid del juego limpio, se encargó de su defensa, algo que tampoco ha gustado en determinadas federaciones.

Estos movimientos han situado a Cardenal en un escenario poco propicio respecto de dos de las federaciones más importantes de España, como son las de fútbol y tenis. Y más aún cuando el citado jugador fue sancionado con cinco años de inhabilitación, condena no firme aún.