Arturo Fernández no tiene quién le compre su mermado negocio de restauración

Lleva meses en el alero. Primero fue que sí, peroal final ha quedado en nada. El empresario Arturo Fernández, propietario del imperio de restauración ycatering Cantoblanco, no tiene quién le compre su negocio. Después de anunciar a bombo y platillo la aparición de un millonario inversor y de confiar sus problemas financieros a un milagroso gestor, todo se ha ido al traste con la misma celeridad que se enfría un café con leche.

Ni llegó el dinero, ni tiene ya un nuevo consejero delegado. El intermediarioLuis Sans, formalmente convertido en el primer ejecutivo de Grupo Cantoblanco tras la venta del 51% de la compañía,forma parte del pasado. Su aventura como salvador ha durado poco más de un mes. Este tiempo ha sido suficiente para demostrarque el dinero de los supuestos inversores, así como el fondo salvavidas Sherpa Capital, nunca fueron tal, o quizás sólo una mínima parte de lo contado.

Las urgencias financieras del actual presidente de CEIM le han llevado de nuevo a buscar fondosque quieran apostar porsu mermado negocio concesional de restauración. En esa carrera a la desesperada, Arturo Fernández ha llamado ahora a la puerta de José Luis Macho, quien fuera impulsor del ya desaparecido fondo Thesan Capital, muy recordado en Madrid por su enfrentamiento a cara de perro con el inversor Javier Tallada.

Las estrecheces financieras de Cantoblanco, enuna complicada refinanciación con la banca, coinciden en el tiempo con el proceso de reelección al frente de la patronalmadrileña CEIM. Este envite supone el todo o nada institucional para Arturo Fernández, que aspira a renovar el cargo pese al poco apoyo de la Comunidad de Madrid, que parece más convencida de sumarse almensaje renovador que abandera el candidato Hilario Alfaro.