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Los gurús inmobiliarios se jubilan… Ya sólo nos queda Santiago Aguirre
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Los gurús inmobiliarios se jubilan… Ya sólo nos queda Santiago Aguirre

La semana pasada, en plena cuesta de enero, el mundillo inmobiliario recibió con asombro la jubilación anticipada de uno de sus nombres de referencia. Sin hacer

La semana pasada, en plena cuesta de enero, el mundillo inmobiliario recibió con asombro la jubilación anticipada de uno de sus nombres de referencia. Sin hacer mucho ruido, Andrés Escarpenter ha decidido colgar el mono de trabajo como máximo responsable de JLL, la consultora inmobiliaria antes conocida como Jones Lang LaSalle y mucho antes como Jones Lang Wootton, cuando este economista catalán debutó a finales de la década de los 80.

Tras dos décadas al frente de la firma, la marcha de este one-club man completa el relevo generacional que se ha producido enla industria de la consultoría durante los últimos dos años. Antes o después, grandes o chicos, todos han ido cayendo poco a poco, desde Fernández-Cuesta (CBRE), Mangeant (Knight Frank) o Cooke (Cushman)… salvo el incombustible Santiago Aguirre, es decir, la mitad castiza que da nombre a la consultora española Aguirre Newman.

Ni el pinchazo de la burbuja ni los primeros años de la crisis fueron suficiente para remover los pilares de las major de la consultoría inmobiliaria. Sin embargo, los años de travesía por el desierto fueron demasiados para todos, tocaba ceder el testigo, menos para el hermano de la lideresa popular, Esperanza Aguirre, que además de ejecutivo plateado es propietario con mando en plaza, 25 años después de haber echado a rodar su propio proyecto profesional.

Aunque los protagonistas del real estate nacional manejan unos códigos y costumbres comunes, las diferencias entre Aguirre y sus homólogos son evidentes. La próxima foto de familia de ACI, el lobby de las consultoras dirigido por Ricardo Martí Fluxà, dejará a la vista esa brecha generacional. El nuevo rumbo del mercado dirimirá si ese gap se presenta como un lastre o como una ventaja para dominar el lucrativo mercado de la intermediación inmobiliaria.

La semana pasada, en plena cuesta de enero, el mundillo inmobiliario recibió con asombro la jubilación anticipada de uno de sus nombres de referencia. Sin hacer mucho ruido, Andrés Escarpenter ha decidido colgar el mono de trabajo como máximo responsable de JLL, la consultora inmobiliaria antes conocida como Jones Lang LaSalle y mucho antes como Jones Lang Wootton, cuando este economista catalán debutó a finales de la década de los 80.

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