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La nueva Audiencia Nacional, la única 'alegría' de Gallardón en Justicia
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La nueva Audiencia Nacional, la única 'alegría' de Gallardón en Justicia

Al final, Gallardón ha demostrado que lo suyo no era ni elaborar nuevas leyes ni contentar a sus subalternos ni hacer más barata la Justicia. Lo suyo eran... las obras

Foto: El exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. (EFE)
El exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. (EFE)

Alberto Ruiz-Gallardón se fue del Ministerio de Justicia con todo el personal cabreado, abogados, jueces, fiscales, procuradores... Sin embargo, ha dejado una alegría en forma de edificio porque al final lo suyo no eran las leyes ni el consenso, sino las obras, como bien claro lo dejó en su época de alcalde de Madrid. Pues bien, fue en su época como ministrable cuando concedió un presupuesto de 14 millones de euros para dar a los magistrados, Fiscalía y funcionarios de la Audiencia Nacional las condiciones que se merecen, después de años de soportar condiciones, en ocasiones, hasta de insalubridad.

La Audiencia Nacional es uno de los tribunales de mayor relevancia de este país –por supuesto sin contar con el Tribunal Supremo–, pero el edificio donde se ubicaba producía el asombro de cualquiera que entraba en él: sofás corroídos en la entrada de los Juzgados, olor de alcantarilla en alguna de las salas de vistas;en la época que estaba permitido fumar, las colillas cubrían el suelo de todas las plantas y, por supuesto, montañas y montañas de papel.

En la época que día sí y día también se celebraban juicios contra dirigentes de ETA, las pésimas condiciones de las instalaciones provocaban que fuera muy difícil salvaguardar la identidad de los testigos protegidos e incluso víctimas y verdugos se encontraban por los pasillos. Y la sala prevista para los periodistas destinados diariamente a ese tribunal tenía el mote de “zulo” por su minúsculo tamaño.

Después de muchos años de reivindicaciones, Justicia les concedió la remodelación del edificio. Durante el tiempo que ha durado la obra, todos los trabajadores se desplazaron a la calle Prim, donde las condiciones no es que mejoraran mucho. Cuatro de los seis jueces centrales de instrucción están en una 'mini' planta compartida con una cooperativa de aceite y en plantas distintas a la de sus secretarios y funcionarios, lo que les complica mucho su trabajo. Pero por fin ha llegado el momento de tener lo que se merecían: un edificio de diez plantas, moderno e inteligente y, sobre todo, seguro. Hay controles de acceso en todas las plantas. En la entrada, un agente de la Policía te da una tarjeta para entrar única y exclusivamente a la planta a la que estás autorizado. Se acabó ir por el edificio como “Pedro por su casa”.

Calabozos nuevos, cuatro salas de vistas en condiciones y una sala de prensa con la dignidad suficiente para que los reporteros que pasan sus días ahí puedan trabajar sin penurias, eso sí, bien alejados de los jueces para que no se les moleste. Y los magistrados y fiscales con unos despachos amplios, luminosos y con muebles nuevos, a los que ya se están mudando. Comienza una nueva etapa para un tribunal caracterizado durante años por enjuiciar a terroristas y que ahora tiende a especializarse en meter entre rejas a los ladrones de guante blanco.

Alberto Ruiz-Gallardón se fue del Ministerio de Justicia con todo el personal cabreado, abogados, jueces, fiscales, procuradores... Sin embargo, ha dejado una alegría en forma de edificio porque al final lo suyo no eran las leyes ni el consenso, sino las obras, como bien claro lo dejó en su época de alcalde de Madrid. Pues bien, fue en su época como ministrable cuando concedió un presupuesto de 14 millones de euros para dar a los magistrados, Fiscalía y funcionarios de la Audiencia Nacional las condiciones que se merecen, después de años de soportar condiciones, en ocasiones, hasta de insalubridad.

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