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El Confidente
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¿Y si Celia Villalobos prefiere la oposición para repartir galletas?
El marido de la veterana diputada del PP, el asesor presidencial y sociólogo Pedro Arriola, reconoce que la nueva vicepresidenta del Congreso se encontraría más cómoda haciendo política en la oposición
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Hace tan solo unos días, horas antes de constituirse el Congreso de los Diputados, almorzaba el ministro de Educación y Deporte (en funciones), Íñigo Méndez de Vigo, con el todavía asesor principal del presidente del Partido Popular, Pedro Arriola, en un céntrico y afamado restaurante madrileño.
Nada más comenzar el ágape, apareció por allí un exministro de José María Aznar que ahora da nombre a un bufete de abogados de toda especialidad, incluida la de representación de artistas. Tras los saludos de rigor, se comentó la dificultad del momento político y lo difícil que tenía el PP mantenerse en el poder.
"Celia prefiere estar en la oposición", comentó el sociólogo. "De esa manera se van a enterar estos lo que supone gobernar en estas circunstancias. Además, es la situación óptima para devolver a algún socialista y podemita la cantidad de barbaridades que han dicho de Mariano y de otros dirigentes".
Y debe ser verdad, porque el pasado miércoles la repetida e incombustible Villalobos, como vicepresidenta del Congreso de los Diputados en representación del PP, zarandeó verbalmente a Carolina Bescansa por el 'show' que montó con su bebé en la sesión inaugural del hemiciclo.
Dicho lo cual, la diputada por Málaga no tardó ni 24 horas en volver a sacar su lengua a pasear. Esta vez fue para bochorno de tirios y troyanos, cuando hizo referencia a cuestiones de higiene personal para referirse a los nuevos inquilinos de la bancada, con rastas y 'piercings' como seña de identidad.
Lo viejo y lo nuevo, como el agua y el aceite. ¡Esto promete!
Hace tan solo unos días, horas antes de constituirse el Congreso de los Diputados, almorzaba el ministro de Educación y Deporte (en funciones), Íñigo Méndez de Vigo, con el todavía asesor principal del presidente del Partido Popular, Pedro Arriola, en un céntrico y afamado restaurante madrileño.