Roca intercede ante Fainé para blindar el estatus de la Infanta en La Caixa

La infanta Cristina no perderá el especial estatus que disfruta dentro de la Fundación La Caixa y que le permite teletrabajar desde Ginebra mientras se dirimen los vericuetos judiciales que la envuelven a ella y a su marido en los juzgados de Palma. No habrá, por tanto, ni gesto simbólico de alejamiento, ni paso atrás de la hermana del Rey dentro de la entidad catalana, tal y como hubieran deseado algunas voces internas, conscientes de la potencial repercusión negativa que su imagen proyecta sobre la estrella diseñada por Joan Miró como símbolo del banco.

En definitiva, que nada nuevo hay bajo el sol de la Costa Dorada. Y es que, en los últimos días sí que hubo un tanteo a la Infanta para que se apartase a un lado, al menos durante toda la etapa del juicio, y no perjudicara así a la entidad catalana. Que hiciera, en definitiva, lo mismo que Iñaki Urdangarín hizo con Telefónica para no menoscabar el prestigio de la operadora de César Alierta.

Según ha podido saber este diario, la llamada de tanteo no sentó nada bien a la hija de don Juan Carlos, que rauda y presta activó los resortes a su alcance para mantenerse en su cómoda posición (todo lo cómoda que se pueda estar mientras se sitúa en el ojo del huracán mediático). Descolgó el móvil y telefoneó directamente a su abogado, el 'constitucionalista' Miquel Roca, para desahogar con él sus últimas penurias. Confió en él para que mediara directamente ante el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, buen amigo de la Corona, y las gestiones llegaron a buen puerto. Nadie la importunará más mientras él esté al frente del barco.

Este último movimiento está directamente relacionado -qué duda cabe- con la última asistencia de Cristina a la Convención de Directivos del Grupo Caixabank. La Infanta fue uno de los 1.670 invitados al acto celebrado en el Palau de Congresos de Barcelona, después de que la entidad presentase sus resultados de 2015.

Al encuentro asistieron 1.600 directivos de Caixabank, 30 de Criteria, el 'holding' del grupo, y 30 miembros seleccionados de la Fundación, entre los que se encontraba Cristina de Borbón. Su presencia causó reacciones diversas. Según distintas fuentes, hubo quien se acercó a saludar con educación y amabilidad, interesándose por su estancia en Ginebra y por la situación de sus frentes judiciales. Otros prefirieron obviarla, darle la espalda, porque en las plantas nobles de la entidad está cada vez más extendida la sensación de que su permanencia entre ellos es nefasta para sus intereses. Sea como fuere, al abrigo de Fainé, Cristina podrá seguir, sin embargo, en la nómina del grupo.