La 'supermulta' de la CNMC a Iberdrola se estanca en la Audiencia Nacional

Noviembre de 2015. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) da un paso al frente. Se planta ante Iberdrola y le pone una multa de 25 millones de euros. ¿El delito del que le acusa? Haber manipulado el precio de la energía eléctrica en una subasta celebrada en diciembre de 2013, una conducta que catalogaba de "muy grave".

La CNMC marcó su terreno con esa decisión. Nada como una multa disuasoria para mantener el orden en los mercados. Sobre todo si, como entendia la comisión, la eléctrica había usado sus centrales hidráulicas de Duero, Sil y Tajo para encarecer el precio de la luz en esa subasta.

Para Iberdrola, claro está, la interpretación era justamente la contraria. Por eso anunció de manera casi inmediata que iba a recurrir la sanción. Negaba "rotundamente" cualquier alteración o manipulación del mercado, con lo que tenía que defender su honor. El daño no era tanto económico como reputacional, y la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán presentó su recurso.

Marzo de 2016. La petición de Iberdrola ha encontrado respuesta. La Audiencia Nacional ha admitido el recurso de la eléctrica. No es que le esté dando la razón con esta decisión, pero es un paso que, por el momento, implica medidas cautelares que le permiten no tener que pagar la multa, aunque sí asumir el aval que llevaba aparejada.

Y claro, esta decisión supone un giro de los acontecimientos. La CNMC se expone a ver que su afán ejemplarizante y su capacidad sancionadora se quedan en papel mojado. E Iberdrola puede ver repuesta su credibilidad.

Lo que ya no tiene vuelta atrás es alguna de las consecuencias que se derivaron de esa multa. Como la suspensión de las subastas Cesur, que servían para fijar el precio de la parte no regulada del recibo de la luz. El ministerio encabezado por José Manuel Soria lo tuvo claro. Quien evita la tentación, evita el pecado.