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A los ex Bankia solo les faltan las palomitas para disfrutar el juicio de las 'black'
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A los ex Bankia solo les faltan las palomitas para disfrutar el juicio de las 'black'

Los exdirectivos de Bankia, en su mayor parte prejubilados por Rato, se lo están pasando en grande con el juicio de las 'black' al ver sudar tinta a quienes les martirizaron

Foto: Vista de los acusados en el juicio de las tarjetas 'black', con Rodrigo Rato y Miguel Blesa en segunda fila (EFE)
Vista de los acusados en el juicio de las tarjetas 'black', con Rodrigo Rato y Miguel Blesa en segunda fila (EFE)

Dice el cantar popular que la venganza sabe siempre mejor cuando uno solo tiene que esperar a ver pasar el cadáver de su enemigo por delante de su puerta. Y eso es lo que están disfrutando los antiguos directivos de Caja Madrid y, posteriormente, Bankia con el juicio de las tarjetas 'black'. Según fuentes cercanas a este grupo, se lo están pasando en grande viendo cómo los que les machacaron —e incluso les obligaron a irse— pasan las de Caín en los interrogatorios, mienten, se contradicen, se acusan unos a otros e incluso lloran.

Hasta tienen un grupo de WhatsApp para comentar la jugada, en el que se carcajean abiertamente de sus antiguos jefes e intercambian 'memes', bromas, exabruptos y maledicencias. Vamos, solo les faltan las palomitas para seguir el juicio como si de una película o un partido de fútbol se tratara. La única lástima es que nadie está dando el juicio en 'streaming' para seguirlo en tiempo real.

La mayoría de estos exdirectivos fueron 'invitados' a prejubilarse en la época de Rato, cuando llegó la primera reducción de plantilla después de la fusión tras la primera inyección de dinero público del FROB (aunque hay otros que se recolocaron en otras entidades). Así que tienen todo el tiempo del mundo para entretenerse con el juicio a sus antiguos jefes. Los personajes más odiados por este grupo no son los expresidentes, sino los altos directivos que llevaban las riendas del día a día.

Sánchez-Barcoj, el más odiado

El 'top' se lo lleva sin lugar a dudas Ildefonso Sánchez-Barcoj, el guardián de los secretos de Caja Madrid durante 30 años, que se las arregló para mantenerse en su puesto tras la fusión que dio lugar a Bankia. El hombre que dirigía con mano de hierro la red, que prohibió hacer fotocopias, que dejó sin agua caliente y sin papel higiénico a las sucursales y que negaba un detalle a los becarios que tenían que abandonar la entidad, mientras él utilizaba su tarjeta 'black' a diario hasta para los gastos más nimios o mandaba al chófer de su Audi A8 a comprar fruta con ella. Así, hasta llegar a 575.079,24 euros (tiene el récord), aparte de su sueldo, claro está.

"Lo que más molesta", comenta una de estas fuentes, "no es lo de la tarjeta, que lo sabía todo el mundo; lo que nadie podía imaginar era que fueran tan tontos de no declararlas. Lo que más molesta es que se multiplicaran por 10 el sueldo o que condujeran cochazos pagados por la caja, mientras negaban el pan y la sal a los empleados, en especial a los de más abajo".

La declaración de Sánchez-Barcoj ha sido muy comentada en este grupo por la soberbia innata del personaje: es el único que contestó a las preguntas de todas las acusaciones y en su declaración tuvo el cuajo de afirmar que quería haber declarado los gastos de la tarjeta a Hacienda, pero que el equipo de Goirigolzarri (el que ha denunciado el caso de las tarjetas) no le dejó.

El momento cumbre, las lágrimas de Norniella

También concitan las iras de los ex de Caja Madrid Matías Amat, el número dos de Blesa, que ostenta el récord del mayor gasto individual hecho con las 'black' (15.000 euros en arte sacro), amén de grandes dispendios en ropa y viajes, y que se apuntó al plan de prejubilaciones de Rato como si fuera un empleado cualquiera para llevarse 6,16 millones de indemnización.

Pero, sin duda, uno de los momentos que más risas han provocado en este grupo es el de José Manuel Fernández Norniella, exvicepresidente de Caja Madrid y Bankia, rompiendo a llorar al asegurar: "Hoy vengo aquí humilde, pero cuando fui a declarar al juzgado lo hice humillado". Norniella no estuvo mucho tiempo en la entidad —vino de la mano de Rato—, pero fue suficiente para granjearse el odio eterno de sus subordinados.

Solo le supera en esa escala la secretaria del exvicepresidente del Gobierno Teresa Arellano, que echaba la bronca a todos los directivos como si estuviera por encima de ellos. Arellano no tenía 'black', pero es muy probable que no se haya alejado del todo del banquillo por las gestiones de su jefe mientras presidió Bankia. A buen seguro que entonces los prejubilados de Bankia crearán otro grupo de WhatsApp.

Dice el cantar popular que la venganza sabe siempre mejor cuando uno solo tiene que esperar a ver pasar el cadáver de su enemigo por delante de su puerta. Y eso es lo que están disfrutando los antiguos directivos de Caja Madrid y, posteriormente, Bankia con el juicio de las tarjetas 'black'. Según fuentes cercanas a este grupo, se lo están pasando en grande viendo cómo los que les machacaron —e incluso les obligaron a irse— pasan las de Caín en los interrogatorios, mienten, se contradicen, se acusan unos a otros e incluso lloran.

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