Cuando Cañete quiso convertir al presidente asturiano en guía turístico

Durante el almuerzo previo a la entrega de los Premios Princesa de Asturias, que tuvo lugar como es habitual en el hotel Reconquista de Oviedo con motivo de su 37ª edición, se vivieron muchos momentos emotivos, dadas las circunstancias, y visibles y ruidosas muestras de apoyo a Felipe VI.

Pero también otras de chusco corte. Como cuando el presidente del Principado, Javier Fernández, estaba atendiendo a unos periodistas y llegó raudo y veloz Miguel Arias Cañete, comisario europeo, acompañado de su mujer e interrumpió la charla político/mediática.

—Presidente, mi mujer quiere ir a visitar Asturias durante este fin de semana. ¿Nos podrías indicar los lugares emblemáticos y que necesariamente habría que ver? —inquirió el exministro de Rajoy.

Javier Fernández se quedó pensativo y en silencio en una actitud que le es muy propia. Se limitó a decir algunos nombres, incluso un poco sorprendido de que todo un comisario europeo acudiera a él como si se tratara de un guía turístico.

Pero hubo otros momentos que no pasaron desapercibidos. Como cuando llegó el arzobispo de Oviedo, rodeado por otros clérigos a su mando. Se retiraron a una mesa en un rincón del salón y estuvieron departiendo solos acompañados de buena fabada y mejor lubina. Apenas intercambiaron saludos con nadie, conscientes de que el posicionamiento público y oficial de la Conferencia Episcopal no les ha granjeado muchos amigos entre el 'establishment'. Solo se acercó a saludarles muy efusivo Fernando Giménez Barriocanal, presidente de COPE y vicesecretario general de Asuntos Económicos de la CEE. El arzobispo Sanz Montes es uno de sus jefes y Barriocanal siempre tiene muy en cuenta quién manda y la jerarquía.