El presidente de Puertos la lía en un acto junto a Rajoy: "Alguien perderá su puesto"

El pasado 2 de marzo, después de muchos años, dudas sobre su viabilidad y la amenaza de perder fondos europeos, el Gobierno inauguró el puerto de Granadilla (Tenerife). Al acto acudieron Mariano Rajoy, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y toda la pompa que acompaña estas ceremonias. Había unos 70 invitados, todas las autoridades insulares y muchas de las peninsulares. Entre ellos estaba obviamente el presidente de Puertos del Estado, José Llorca. Rajoy vendió optimismo con los datos económicos. "La recuperación económica cada vez avanza a mayor profundidad y nos estimula de cara al futuro", proclamó el presidente.

Todo iba según lo previsto, pero Llorca vio algo que no le gustaba. El buque Louis estaba en ese momento descargando palas de aerogeneradores. La Autoridad Portuaria había autorizado el desembarco porque retrasarlo supondría un coste enorme para la empresa, y no era plan de molestar a las navieras en un puerto que además no tiene una viabilidad muy clara. Cuando Llorca vio que los camiones seguían con su descarga pese al acto protocolario, se dirigió "de muy malos modos y de manera encolerizada" al jefe de servicio para pedirle "explicaciones por el tránsito temporal de dichos vehículos". Al menos así consta en la queja interna de un sindicato de policía portuaria a la que ha tenido acceso este confidente.

La protesta detalla la imagen típica del "usted no sabe con quién está hablando". El jefe del operativo respondió a Llorca, "guardando siempre el respeto y las formas debidas", que tenía instrucciones de permitir el paso de camiones con las palas de los aerogeneradores. A lo que Llorca respondió —siempre según esa denuncia—: "Yo soy el superior de sus superiores... Alguien va a perder su puesto de trabajo aquí". El jefe de servicio amenazado lleva 27 años en el servicio sin faltas ni expedientes y se vio muy afectado por el episodio. El sindicato policial exigió el pasado 12 de marzo una disculpa en privado para no elevar el asunto a los medios de comunicación, pero este confidente nunca descansa.

Llorca, ingeniero de Caminos, es un clásico del sector de los puertos. En 2000, con el PP en el Gobierno, ya fue presidente de Puertos del Estado. Cuando en 2004 el PSOE llegó al poder, fue nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Marín (Galicia). Allí se hizo amigo de José Benito Suárez, marido de Ana Pastor y una de las personas más próximas a Rajoy. Fue este quien le sucedió en Marín cuando volvió a Puertos del Estado.