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De la ausencia de la reina Letizia a la sonrisa silenciosa de Leo Messi
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EC

De la ausencia de la reina Letizia a la sonrisa silenciosa de Leo Messi

Hubo chascarrillos cuando se preguntó por la presencia de la Reina. Por su parte, el argentino logró esta vez sonreír cuando se le pidieron unas palabras. Un avance

Foto: Messi, en la final de Copa. (Reuters)
Messi, en la final de Copa. (Reuters)

Se esperaban los pitos en el Metropolitano, porque es cosa de tradición. Es parte de las finales de Copa del Rey, como que juegue el Barcelona el gran partido o que el rey Felipe lo vea todo con calma desde el palco. Las grandes ocasiones tienen grandes chascarrillos, y uno de los que se repiten año tras año es la pregunta a la gente de prensa de la federación de si este año, por casualidad, se espera que la Reina aparezca por el estadio. La respuesta es siempre no, y la educación de quien la emite no quita para que haya risas entre los presentes, que saben bien que no pasa por la idea de la reina Letizia poner un pie en un estadio de fútbol. Eso también es parte de la tradición del gran partido.

Y si la tradición es algo que se repite en el tiempo, inmutable, vez tras vez, también hay que considerar como tal el silencio de Messi. El jugador argentino, la mayor estrella del fútbol mundial, pasa todas las semanas una o dos veces por delante de un enjambre de periodistas que estarían encantados, se supone, de poder hablar con él unos minutos. Preguntar al ídolo, tener sus frases. Siempre se estrellan contra ese muro, porque no está dispuesto a conceder ni media palabra.

En el Metropolitano, la historia se repitió. Messi, vestido con la camiseta que llevaban todos los jugadores por la consecución del título, salió escopetado por la zona mixta con el neceser en la mano derecha. No paró con las televisiones, tampoco con las radios, y en el último giro ya solo le quedaban unos pocos 'plumillas' a los que sortear con la cabeza gacha. Llegados a ese punto, un periodista radiofónico catalán creyó que era oportuno, ya que era una final, hacerle la gran pregunta:

Leo, ¿hoy hablas?

Hizo una mueca cómplice la estrella, que por lo que se ve es más de lo que suele hacer, porque entre los presentes había casi alborozo con el gesto. "Al menos hoy ha sonreído", decían sin ningún tipo de malicia, aceptando sin más todo lo que venga de la leyenda zurda. Simplemente constataban que la estrella había hecho medio gesto de complicidad, todo un logro. No era un partido más, era una final, ganada de modo brillante por el Barcelona, pero no hay factor suficiente en el mundo para que Messi se salga de su costumbre y conceda tres, cinco o siete minutos a responder preguntas de aquellos que le siguen semana tras semana. Tampoco concede entrevistas, por descontado.

Este ritual del silencio, curiosamente, está geolocalizado. Cuando Messi coge un avión y se va con la selección, de repente, retoma el habla. Allí sí es capaz de hablar de su carrera, de su futuro, incluso de los partidos que juega mejor que el resto de los seres humanos. Hay otros casos de jugadores extranjeros en que esto es frecuente, pero suele tener que ver con la barrera idiomática, no se sienten cómodos hablando una lengua que no es la suya. Ese, en todo caso, no puede ser el problema de Messi, de quien vale una sonrisa para satisfacer a los que tienen como obligación sacar declaraciones al astro.

Se esperaban los pitos en el Metropolitano, porque es cosa de tradición. Es parte de las finales de Copa del Rey, como que juegue el Barcelona el gran partido o que el rey Felipe lo vea todo con calma desde el palco. Las grandes ocasiones tienen grandes chascarrillos, y uno de los que se repiten año tras año es la pregunta a la gente de prensa de la federación de si este año, por casualidad, se espera que la Reina aparezca por el estadio. La respuesta es siempre no, y la educación de quien la emite no quita para que haya risas entre los presentes, que saben bien que no pasa por la idea de la reina Letizia poner un pie en un estadio de fútbol. Eso también es parte de la tradición del gran partido.

Leo Messi